Página
en blanco.
Palabras,
muchas palabras.
De
todas las que escriba, alguna importará.
Alguna
llegará.
Y
solo entonces es cuando todo el esfuerzo tiene su recompensa.
Catorce
años dan para mucho. Y durante todo ese tiempo, la idea de plasmar en papel
todas mis historias, siempre estuvo ahí.
En
los dos últimos años fue cogiendo fuerza, el confinamiento también ayudó a ir
dándole forma y por fin me decidí y ya puedo decir que está aquí.
Y
puede que sea una tontería, pero cuando lo he recibido me he emocionado como
una chiquilla y sentido una enorme satisfacción. Lagrimita y suspirito.
Puede
que al leerme no entiendas nada pero no te preocupes, a mí también me pasa.
Y
sigo con las ganas intactas de pasar página cuando ni siquiera tenía un libro
que pasar.
Pero
ya sí. Ahora ya sí.
Y
entonces me he acordado de algo que escribí hace tiempo:
Porque quiero seguir creyéndome
malabarista torpe de letras
para escribir un libro
que después olvidaré editar.
Y
he sonreído.
Porque
esta vez no se me olvidó y puedo decir que ya lo he tachado de mi lista de
cosas pendientes.
Han
sido muchos meses de dedicación, de trazar un plan en un mapa en el que no
sabía muy bien donde ubicarme, pero en el que al final me pude encontrar.
Y
tú puedes hacer lo mismo, seguro que nos encontramos.
Quiero
agradecer a Alís, Eliana y Óscar, por haber participado conmigo de esta
experiencia. Por el acompañamiento, el cariño y aliento durante este viaje.
Y
a todos los que participáis, de una u otra forma en el blog, incluso a los que
lo hacéis en silencio… porque todo suma, todo cuenta.
Es imposible citaros a todos, pero os llevo en mis pensamientos y en muchos de mis poemas, porque hacéis que siga latiendo este corazón y que se emocione con tanta poesía.
Son
tiempos difíciles, que no nos la quiten también. Sigamos sintiendo.
La
vida nos ha puesto a todos contra la pared y el rincón de pensar ha pasado a
ser el lugar más visitado de la casa, pero no como castigo sino como enseñanza.
Parece
que fue ayer y ya hace catorce años.
Así
pasa el tiempo, veloz, apenas un instante, y todo se sucede contrarreloj.
Y
tanto cariño es el mejor aliciente para continuar.
No
sé si otros catorce años, pero voy a intentarlo.
¿os
animáis?