Verde
Noche
cerrada volviendo a casa.
Luces y
sonidos invaden el espacio vacío en el que me encuentro.
Intermitencias
por todas partes, hasta en mis latidos.
Llueven
mis ojos y tengo una sensación que me sobrepasa.
Una
falta de oxígeno cuando sé que tengo todo el aire del mundo.
Y de
golpe, sonrío.
Sin que
nadie me mire, sin que nadie me juzgue.
Porque
sí, porque no, porque yo qué sé…
Dándome
cuenta de la fragilidad del momento…
Rojo
Mientras, cambio de un estado de ánimo a
otro sin esfuerzo.
Sin
preguntarme por qué, sin esperar una respuesta que ya sé.
Busco
un lugar donde ponerme más a salvo que en medio de la nada, en medio de todo.
En
tierra de alguien, en tierra de nadie.
Enciendo
un cigarrillo con el que poder ventilarme.
Y que
esta respiración tosca que me asalta cambie de nombre y pase a llamarse ilusión.
No sé
qué hacer con todo esto, ni dónde ponerlo.
Intento
meterlo en algún sitio, cerrarlo al vacío.
Como si
se tratase de un recipiente hermético y con mucho cuidado para que no me estalle todo por los aires.
Estoy
sola ante el
peligro, mi otro yo no sé dónde se ha metido, pero aquí no.
Ámbar
Me
pongo en marcha, sigo con el camino hasta casa, a lo conocido…
Dándome
cuenta de que a partir de este instante ya nada volverá a ser lo mismo, será mejor.
Viajar
fuera para volver dentro.
Viajes al
centro que te sacan del
sitio.