Hay cosas que es mejor decir, cuando hay una mirada que observa más que unos oídos que escuchan.
Me he dado cuenta que todo lo nuevo sorprende pero que todo lo abundante cansa.
Que soy puro nervio pero de ritmo lento.
Que los celos no son buenos y que lo único que aportan son dudas sobre la sinceridad, dudas sobre los sentimientos y sobre todo dudas al ego, al orgullo y a la caída del cabello.
Que no ser celosa no significa querer menos, es aprender a querer mejor... a tener menos miedos, a ser mas segura y aprender bien la difícil tarea de ser fiel.
Que los infieles se dedican a dejar un montón de frentes abiertos en pie de guerra mientras los demás cavan trincheras.
Quiero querer queriendo y que me sigan queriendo querer.
Que el que no me quieran como yo quiero que me quieran, tan solo me decepciona a mi, mientras que sigo creyendo que si habrá alguien que me quiera como yo quiero que me quiera.
Y que si no lo hay, no pasa nada.
Que la vida sigue solitaria.
Que quién no sufre, no aprende, no supera y no arregla.
Y digo SUFRIR con mayúsculas.
Cuando se sufre, en otros aspectos de la vida, una se da cuenta que el sufrimiento del amor a veces resulta un tanto banal... y otras un tanto estúpido.
Que cuando una se enamora inexplicablemente sus ojos dejan de ver.
Dejan de ver, dejan de buscar y dejan de responder.
Que uno más uno, siempre suman dos.
Que en una pareja, dos hacen un centro.
Un kilómetro 0.
Que cuando anulas o te anulan, es como intentar convencer a alguien del mucho amor que hay dentro, mientras dentro parece no haber nadie.
Que intentar olvidar a alguien, a veces es no dejar de pensarle.
Que resulta mas fácil que el otro decida marcharse cuando una ni quiere ni puede echarle.
Y que por desgracia, nada dura eternamente.
Aprendí que las pequeñas cosas, los pequeños detalles son los que mas echamos de menos cuando alguien decide marcharse.
Los más tontos, los mas insignificantes, son los que mas duelen.
Que la rutina dura el tiempo que cada uno le asigna.
Que quién quiere, puede.
Pero que a veces no pueden todos los que quieren.
O no saben ni aprenden, aunque lo intenten.
He comprendido que mis andares despreocupados son el resultado de unas espaldas fuertes pero un tanto cargadas.
Que andar contra-corriente es andar el mismo camino pero haciéndolo más complicado…
Que somos animales de costumbres...
Que no cambiamos, hibernamos.
Que no aceptamos imposiciones salvo cuando nos las ponemos a nosotros mismos...
Aquello de debo y si quiero, puedo.
Pero que no me lo ordenen.
Que es bueno llorar pero es mucho mejor reír.
Aunque la primera cueste más...
Que siempre hay dos opciones.
Aunque la primera no interese y la segunda no convenza....
Que no soy inmortal.
Que los accidentes ocurren y que podría ahora mismo no estar.
Que he tenido miedo por primera vez en mi vida y que eso me ha hecho más fuerte.
Y más dura.
Que la familia es lo más importante y que nunca es tarde, aunque cueste más.
Que los amigos hay que cuidarlos y que si no lo haces, puede que te encuentres demasiado sola y demasiado triste alguna vez aunque ese alguna vez no puedas imaginarlo hoy.
Que soy feliz con lo que tengo y que me ha costado un gran trabajo darme cuenta de esto.
Que quiero sentirme importante, aunque eso no signifique nada.
Y que quiero seguir teniendo ideas de vez en cuando y que de vez en cuando no valgan la pena.
Para reírme de mi misma y que no me importe...y quererme y que eso si sea lo que más me importe.
Y así con mucho amor desearme lo mejor.