¿Qué fue de nosotras?
¿De lo que fuimos?
¡Hace tanto de aquello!
Y, sin embargo,
hace tan poco de esto.
¿Tuvimos prisa o tuvimos culpa?
¿Cómo puede cambiar todo tan rápido?
Que lo que ayer era un halago hoy parezca una excusa.
O que ahora tengamos siempre un reproche preparado, por si acaso.
¿Cuándo dejamos descansando al beso?
¿En qué momento se nos apagó el incendio?
¿Cuándo dejó la piel de ardernos?
Tengo una caja de cerillas en la mano y ganas de quemarlo todo.