MIS COSITAS

jueves, 24 de septiembre de 2020

Lo prometido es deuda



Página en blanco.

Palabras, muchas palabras.

De todas las que escriba, alguna importará.

Alguna llegará.

Y solo entonces es cuando todo el esfuerzo tiene su recompensa.

Catorce años dan para mucho. Y durante todo ese tiempo, la idea de plasmar en papel todas mis historias, siempre estuvo ahí.

En los dos últimos años fue cogiendo fuerza, el confinamiento también ayudó a ir dándole forma y por fin me decidí y ya puedo decir que está aquí.

Y puede que sea una tontería, pero cuando lo he recibido me he emocionado como una chiquilla y sentido una enorme satisfacción. Lagrimita y suspirito.

 

Puede que al leerme no entiendas nada pero no te preocupes, a mí también me pasa.

Y sigo con las ganas intactas de pasar página cuando ni siquiera tenía un libro que pasar.

Pero ya sí. Ahora ya sí.

Y entonces me he acordado de algo que escribí hace tiempo:

 

 

Porque quiero seguir creyéndome

malabarista torpe de letras

para escribir un libro

que después olvidaré editar.

 


Y he sonreído.

Porque esta vez no se me olvidó y puedo decir que ya lo he tachado de mi lista de cosas pendientes.

Han sido muchos meses de dedicación, de trazar un plan en un mapa en el que no sabía muy bien donde ubicarme, pero en el que al final me pude encontrar.

Y tú puedes hacer lo mismo, seguro que nos encontramos.

Quiero agradecer a Alís, Eliana y Óscar, por haber participado conmigo de esta experiencia. Por el acompañamiento, el cariño y aliento durante este viaje.

Y a todos los que participáis, de una u otra forma en el blog, incluso a los que lo hacéis en silencio… porque todo suma, todo cuenta.

Es imposible citaros a todos, pero os llevo en mis pensamientos y en muchos de mis poemas, porque hacéis que siga latiendo este corazón y que se emocione con tanta poesía.

Son tiempos difíciles, que no nos la quiten también. Sigamos sintiendo.

La vida nos ha puesto a todos contra la pared y el rincón de pensar ha pasado a ser el lugar más visitado de la casa, pero no como castigo sino como enseñanza.

 

Parece que fue ayer y ya hace catorce años.

Así pasa el tiempo, veloz, apenas un instante, y todo se sucede contrarreloj.

Y tanto cariño es el mejor aliciente para continuar.

No sé si otros catorce años, pero voy a intentarlo.

¿os animáis?

 

A todos, gracias (por tanto). 


miércoles, 9 de septiembre de 2020

Palabrita de Laura


He llegado a la conclusión de que huir también te lleva a algún sitio.
Quizá no al esperado, pero te mueve y eso es lo importante.
Que cerrar por última vez la puerta, puede ser la mejor de las metas.
Que no solo las puertas acaban dolidas de tantos portazos.
También el corazón. Que se resiente con tanta corriente.
Creo que la ausencia de un sí también es un no.
Me doy cuenta que soy demasiado generosa con la verdad.
Y a mi favor diré, que arriesgo tan pocas veces que el margen de error es mínimo.
Pero que cuando me equivoco, lo hago a lo grande.
Tengo ese don. No sé por qué.
Que me paso la vida recordando, de lo poco que me acuerdo.
Y que vuelvo una y otra vez, a pensarte.
Y no quiero que eso cambie.
Y que perenne es esta tristeza, nunca caduca…
Que la melancolía le da a casi todo, un extra de belleza, solo hay que saber verla.
Y que me gustaría poder llorar, porque ¿reír? Ya río ya…
Que me gusta que me digan que me extrañan, pero que aún me gusta más 
que me lo demuestren.
Que a lo largo de la vida conocemos a personas que no se merecen el lugar
en el que las ponemos.
Porque les queda grande, les quedas grande.
Que la gente olvida y corre en busca de lo que no necesita. Como excusa.
Y que así es como vamos todos, con prisa.
Para llegar a algún sitio… (como decía al principio) huyendo de nosotros mismos.
Que apenas encuentro nada de lo que busco, así que prefiero no perder tiempo 
buscando cosas inútiles.
La alegría de encontrarme y no perderme.
Aunque últimamente cada vez que me encuentro no sé qué hacer conmigo…
Que nunca confié en las segundas partes y que por algo será.
Y que me pasa lo mismo con las oportunidades, aunque las he dado de vez en cuando 
y no sé para qué…
Que cuanto más me alejo, más cerca estoy de conseguirlo.
Que a veces soy un imán y otras un boomerang.
Por no hablar de polos opuestos.
Que el amor es necesario, pero no siempre aconsejable.
Que es magnífico sentir, aunque no siempre es posible y que, pese a todo, 
no dejo de intentarlo.
Y que me suelo preguntar, bastante a menudo (por cierto) …
¿Por qué las cosas nunca son como yo quiero?
¿Dónde empieza y acaba todo sin contar con nosotros?
¿Hasta dónde las cosas funcionan solas sin necesidad de que las tengamos que poner en marcha?
Que ciertas cosas deben ir despacio, que no es bueno montarse un universo en un suspiro y derruirlo en otro.
Que podemos esperar que pase algo mientras que nosotros no hacemos nada, pero que eso no es nada sano.
Y que, si optamos por esto, de nada sirve quejarse más tarde.
Que hay días en los que todas las señales parecen decirnos algo y que cuando esto ocurre, deberíamos dejar las excusas a un lado.
Que odio tener que guardar las formas con personas que no las guardan conmigo.
Que si estás de acuerdo es bueno avisar, pero es más importante avisar cuando no lo estás.
Y que mentirse a una misma no es mentir. Bueno, solo un poco.
Que yo también me preocupo, yo también tengo miedo.
Aunque a los demás les parezca que no puedo, sí que puedo. Y tengo todo el derecho.
¿Qué te daría miedo que no fuera y qué no es? Piénsalo.
A mí me sorprenden mis respuestas

Es que cuando me da por pensar… también me pongo a temblar.