Dejarse llevar hacia ningún lugar, es dejarse arrastrar hacia ningún sitio.
Y, si no hay sitio y no hay lugar, no hay nada.
Una nada, que lo dice todo.
Ahora, cualquier momento, ya no es perfecto.
Ahora, por no haber, ya no hay ni plan…ni ganas de tenerlo.
Cuando esperas sentada, cuando esperas esperando… y no ocurre nada, esa espera se vuelve tan anárquica que puede llegar a ser demoledora.
Ahora, solo tengo que olvidar todas las promesas que me hiciste y que no podrán cumplirse.
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