Que el tiempo pasa demasiado rápido y que se multiplica por dos en los ojos de los demás.
Cuando la oscuridad te envuelve es como si tú misma detuvieras el cronometro y lo pusieras en “standby” mientras el resto del mundo sigue con su ritmo frenético.
Me divierte el despiste pero me entristece el olvido al que me somete.
Ya lo haré mañana digo hoy y mañana diré que parece que fue ayer cuando lo postergué.
Me resulta imposible entender con palabras lo que soy incapaz de entender sin hechos.
Y en esta distancia interpuesta e impuesta que tengo conmigo misma, noto como me voy alejando cada vez más de mi propia realidad.
Y en vez de acercarme me estoy alejando de toda verdad.
Porque la auto-critica es necesaria para mantener el equilibrio, pero en demasía es una losa demasiado pesada que impide por todos los medios que te mantengas en pie y acaba por hacerte caer.
Y me doy cuenta, de que todo ese dolor es sabedor, pero no canjeable.
Pasa la vida, pasan las pasiones, quien dice que el duelo no pueda pasar también.
Aunque sea con demora, con muchísima demora… ¿Por qué no?
Los duelos pasan, claro, y de ellos aprendemos. Pero necesitan su tiempo.
ResponderEliminarEso sí, no permitas que te alejen demasiado de ti misma. Es cierto que tu vida sin ti no vale nada. Podemos vivir sin cualquiera menos sin nosotros mismos.
Un beso grande, grande
Los duelos son tan extraños...y traicioneros, a veces llegan cuando menos te lo esperas...
EliminarEsto solo es una opinión, pero creo que no hay mejor manera de reconectar con uno mismo, que estar con otros (tan diferentes a nosotros, o tan iguales) que nos ayuden a recordar cómo somos.
ResponderEliminarUn abrazo,
P
No es solo una opinión, es una verdad como un templo.
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