No busques poesía tradicional en este blog. Esto es lo más parecido a un poema que soy capaz de escribir.

jueves, 30 de julio de 2020

Modo off


Y me preguntas ¿Qué te pasa? Y yo no sé qué contestar…
Como diría la canción…

No me pasa nada y me pasa todo.
De todo hago una montaña y con (en la) nada me ahogo.

Si supiese lo que me ocurre, te lo contaría sin dudar.
Pero no lo sé y estoy algo cansada de sentirme así, pero sobre todo lo que más me agobia es no saber ponerle remedio.

Modo desconexión en 3,2,1… 0

Hasta la vuelta, cuídense y pásenla bien.
Nos vemos en Septiembre (con sorpresa)

lunes, 27 de julio de 2020

Fragmentos de mi vida #9

Anda, camina…
y que sea por la sombra…
que los bombones al sol…
ya sabes lo que les pasa.

¡Si! Lo mismo que en la cama.

domingo, 26 de julio de 2020

Aviso #1

Puedo con todo menos con la prohibición.
Mejor será que no me prohíbas quererte...


jueves, 23 de julio de 2020

Mínimas #11 (sobre la distancia)

¡Está ahí! ¿No lo ves?
El horizonte es mucho más que una sola línea horizontal…
Cuando te acercas,
se aleja un poco más…
Ni principio…
Ni final…
Quieto, calmado…
mientras nosotros lo buscamos.

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Hay un mapa inesperado,
en el cual intento ubicar(te)me
y
encontrar(te)me.

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Siempre intento hacer lo que siento, cuando me voy y cuando me quedo.

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Eras,
quizá no donde todo empezaba
pero sí donde yo todo acababa.

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Cada día que pasa estás un poquito más lejos…
Cada día que pasa yo estoy un poquito más cerca.

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La incomunicación te hace estar a cientos de miles de kilómetros
aunque estés compartiendo el mismo sofá.

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No ver tus ojos,
tu mirada,
esa cara,
hace que te eche de menos,
muy de menos…
y mucho de más.

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Es difícil y doloroso, quedarse en ese lugar que ya no sientes tuyo.

martes, 14 de julio de 2020

Dramón González

Tengo una sensación inerte.
Que no late, no encuentra atisbo de vida.
Es como un rasguño en el alma, que no pica, que no escuece.
Así que ni me molesto en soplar.
Bajo mi piel está todo lo que no sé decir y no necesita aire que respirar para seguir ahí, como a escondidas.
Y tampoco cicatriza.
Sigo huérfana de palabras y empiezo mis poemas, con cero confianza.
Pero lo intento, porque nunca me ha costado tanto expresarme como ahora.
Mis andares son pesares.
Y ya no sólo arrastro mis pies... arrastro las palabras como quien barre en casa y lo mete todo bajo la alfombra.
Empiezo a acumular frases inconexas, sentimientos, cosas que decir…como si después fuese a hacer algo con ellas.
Pero no es así. No hago nada.
Y me propongo olvidarme de todas las dudas, de los lunes y los martes.
Y de todas esas noches que se me atascan… pero tampoco lo consigo.
Y van pasando los días mientras que yo estoy estática.
Y siento un vértigo horizontal cada vez que me pongo de pie…que me aturde, me incomoda y me molesta.
Soy totalmente activa dentro de mi pasividad.
Y tanta tranquilidad e indiferencia me supera, es más, me bloquea.
Me calcé esta mañana un par de zapatos nuevos y ese fue mi paso por el día, andar pisándolo.
Y ahora que me descalcé y ando así por la casa, sin nada, elevo los pies como en un ejercicio más mental que físico, me siento en esta butaca y busco el equilibrio entre mis andares, mis pesares y mis palabras.
Hay un antes y un después de todo esto y volver a lo anterior ya no es posible.
Y sigo buscando el camino que me lleve de nuevo a casa, aunque es como una carrera de obstáculos y todo me cuesta, como mínimo, tres veces más que antes.
Hay un nuevo inquilino en mi vida, el miedo.
Es traicionero, no lo ves venir y no sé qué hacer con él, yo que nunca lo he tenido.
Me quedo pensando en todas las posibilidades y no me gusta donde me llevan.
¡¡Puto miedo. Nos cuida, sí, pero a qué precio!!.



Niña,
las cosas 
no pueden ser 
lo que esperas,
porque ya
son lo que son.

(Retratos de lo invisible)

martes, 7 de julio de 2020

Ya no importa

Ya no importa lo que pasó
qué sucedió
o cómo sucedió
ni si aquello nos cambió.

Ya no importa si pasó
qué hicimos
o cómo lo hicimos
ni si ya se olvidó.

Ya no importa
si fue o no fue
si pudo o no ser.

Ni siquiera
importa ya
si existió alguna vez.

domingo, 5 de julio de 2020

Mínimas #10 (sobre el desamor)

Puedes hacer lo que quieras…
que yo seguiré haciendo lo que me dé la gana.

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Espero que algún día,
quizá cuando menos lo esperes,
te tropieces con mi ausencia y que te duela.

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Te quité la importancia,
te quité el mérito,
te quité la pena y el arrepentimiento.

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Ya no le temo a tu desconcierto.
Desordenada.
Me puse a mi misma en el lugar que merecía…
aquel que por derecho, me tocaba.

Confundida y dispuesta en marcha.

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Todo lo que perdí contigo.
Dime...
¿se perdió también en ti?.

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Te lo dije de todas las formas posibles,
en todas nuestras lenguas.
No supiste comprender,
no quisiste ni intentarlo.

Yo me prefiero muda.
Si tu te prefieres sorda y ciega,
ese es tu problema.

A estas alturas de la vida,
a mi,
ya no me apetece...
aprender más idiomas.

viernes, 3 de julio de 2020

Hoy quisiera

Hoy quisiera escribir mil versos.
Encontrar en la poesía todo aquello que me falta.

Hoy quisiera recitarte esos mil versos al oído
y darme cuenta como se eriza tu piel al escucharme.

Hoy quisiera decirte las cosas de mil miradas distintas
para que solo tú me entiendas.

Hoy quisiera recostarme en tu pecho y anidar en tu clavícula,
absorber ese espacio que respiras y que no es de nadie…
y hacerte el boca a boca si veo que te falta el aire.

Hoy quisiera detener(nos) en el tiempo,
volver a tener aquella sensación de falta de prisa,
acompañar al segundero en su tic tac perpetuo
y encontrarte a ti, siempre en movimiento.

Hoy quisiera encontrarme contigo en esta desdicha
y tachar tu nombre con alevosía…
de mi lista de cosas inacabadas,
hasta romper el papel por una fuerza desmedida
como si el papel tuviese la culpa.
Incluso tachar el mío de esa otra lista de cosas pendientes…
porque no hay nada tan triste como sentirse perdida, olvidada dentro de una misma.

Hoy quisiera dejar de buscar(te),
dejar de encontrar(te),
de traer(te) a mi memoria,
tan solo un instante.

Hoy quisiera leerte entre líneas,
adivinar todos los mensajes ocultos,
descifrar cada una de las sonrisas que no me has llegado a mostrar
o descubrirte mirándome como si fuese la mujer más bonita del mundo.
Como cuando te leí parte de aquel libro que tú no terminaste
y que a mí tanto me sigue gustando…
“es importante ver con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos”.

Hoy quisiera escribir un poema y parece que lo he conseguido.
Quizá no es todo tan malo como creía.