No busques poesía tradicional en este blog. Esto es lo más parecido a un poema que soy capaz de escribir.

lunes, 30 de noviembre de 2020

Artefacto poético

El amor, eso que se siente cuando sientes sin querer hacerlo.

Esa es mi respuesta, solo… si el amor es la pregunta.

¿Lo es? ¿O solo es la solución?

 

Tengo ganas de un amor que no se acabe, pero no de promesas sin futuro.

Tengo ya a mi soledad con el aforo completo.

Y me he cansado de buscar fuera lo que ya tengo dentro.

Si quieres te lo (de)muestro…

No tengo miedo a compartirlo, quizá un poco sí a que me lo quiten o a que me lo rompan…porque cuesta mucho recomponerlo.

No tengo ganas de más "hasta luego" ni de dar más tiempo ¿para qué? 

Todo es tan relativo…

Y ahora que estoy tan bien, tan tranquila… sería de locos, pero ¿quién no lo está?

 

A veces un te echo de menos vale más que tres te quiero.

Y me siento más culpable por decirte "yo también" que por no llegarte a querer.

Mi corazón no siempre acierta y yo tampoco, pero ahí estamos los dos, unidos de mutuo acuerdo y por comprensión.

 

Y sí, podríamos ponernos a jugar con excusas… ¿por qué no? Mientras no nos engañemos…

Después de todo ¿a ver a qué le llamamos amor? A cualquier cosa, diría yo…

Otra pregunta que me puedes responder. Y escucha(te).

 

Tenemos un desgaste que no se ve, pero que se puede sentir si miras bien.

No tengo por qué cumplir tus expectativas, sí las mías.

Después vienen las decepciones, quizás deberías…

 

Puedes besarme si quieres (debes).

Lo estoy esperando (quiero).

Lo tenemos todo por hacer como ves.

¿Qué prisa tienes?

Si lo hacemos todo hoy, mañana corremos el riesgo de no tener nada que hacer.

O de aburrirnos, ahora que lo hacemos tan rápido…

 

Tengo muchos silencios.

¿Cuál de ellos prefieres? ¿En cuál quieres quedarte?

Puedes elegir, te dejo hacerlo…

Luego no me llames egoísta, te ofrezco lo que tengo.

 

Este poema está a punto de explotar.

Ponte a cubierto.



miércoles, 25 de noviembre de 2020

No me acostumbro

A veces, sin darme cuenta, me parece oír en la escalera, unos pasos sigilosos
que se acercan a la puerta.
Y presto atención, mientras siento algo parecido a la ilusión…y que se desvanece
como si nada, cuando pasan de largo o ni siquiera llegan hasta mi casa.
No es nadie.
No eres tú.
(pena)
O cuando suena el teléfono y siempre espero que seas tú quien llame,
pero no es tu nombre el que aparece en la pantalla.
Ya no.
Tú no.
(pena)
O cuando me invade la nostalgia y busco entre las fotos alguna donde estés tú,
en la que pueda ver tu mirada o tu sonrisa y descubro (siempre) algo nuevo
que no había visto antes.
Te busco.
Te encuentro.
(pena)
Por todas estas cosas y por muchas más que prefiero no contar…
Es aquí, donde puedo desahogarme, donde encuentro intimidad…
para hablar de todos esos pequeños detalles que me ha dejado tu ausencia.

Una ausencia a la que, maldita sea, por muchos años que pasen, no llego a acostumbrarme.




A mi hermano.


lunes, 23 de noviembre de 2020

Hundimientos parciales

 
Acuno excusas con la intención de dormir.
Es por eso que la noche siempre es de mentira.
Y este silencio con el que a veces hablo está tan lejos de la memoria como del olvido.
 
Tengo tantas ganas de hablar en pasado de este presente…
Ojalá pueda llegar a conformarme con todo lo que tengo aun sabiendo todo lo que me falta.
 
Mientras un quizás sigue durmiendo entre nosotras y el aire parece que se acaba.

viernes, 20 de noviembre de 2020

Imaginando (audio by Prozac)

 



Imagina que un día, un vendaval de alegría fuese a tu encuentro y te arrasara… 
Imagina que no hiciese falta decir mucho más para poder confiar. 
Imagina que esas buenas sensaciones, esas conversaciones y esas risas, 
de golpe te fuesen regaladas... sin que te importase el desorden. 
Imagina que no hiciese falta medir el tiempo para saber cuándo alguien es bueno. 
Imagina que el Prozac fuese realmente un medicamento para la felicidad… 

Imagina… solo eso...
porque no hay mejor medicina que tu risa… 
y esa es la auténtica realidad.




miércoles, 18 de noviembre de 2020

Así, atropellado

Empiezo sin saber muy bien qué es lo que quiero decir.
Me atropellan los pensamientos y tengo que poner(me) orden como sea.
De ahí el título, voy a ver que sale de todo esto.
Me vienen ganas de otro atropellado, de soltar lo que me venga en gana.
Aunque no tenga sentido (al final siempre lo tiene).
Tengo ganas de un intensivo, sí, de otro, igual que de repetir inventario sin que me importe el resultado.
Porque tengo la habilidad de perder el tiempo y no me importa.
Y ya que estoy de sumas y restas, he de decir que tu más ya no me resta y que el menos siempre va a más. Y eso es bueno para mí.
Pero como ahora (parece) que soy contable y en este debe y haber las cuentas nunca me han cuadrado, opto por declararme en bancarrota y decir lo que ahora todo el mundo dice: no me consta.
Tenerlo fácil ya es algo, no tenerlo fácil también lo es.
Y cuando no tienes nada, tampoco tienes nada que perder, así que arriesgas (quizá) más de la cuenta y te la juegas… y esta vida a veces parece un maldito juego.
Tengo que recalibrar la balanza, que me dé las medidas exactas de lo que está por venir. Últimamente tengo la impresión de andar descompensada, con pérdidas, no me salen las cuentas y empiezo a cansarme.
Tengo que reubicar a todas esas personas que no se sienten bien y que les parece un jodido deporte desanimar a los demás. Ya está bien. Bastante me cuesta mantenerme a flote como para que encima (también) tenga que preocuparme por las cargas de los demás. ¿Por qué hay personas tan egoístas? 
El ser humano no deja de sorprenderme y casi siempre es para mal. 
Solucióname mi problema (que es lo que me interesa) y te jodes, tú me das igual. 
(esa es la conclusión a la que he llegado después de todo).
Hay personas que tienen la inteligencia justa para pasar el día.
A las que me cuesta entender y con las que ya no me esfuerzo - ni lo más mínimo - en defender. 
Hay conductas que no se pueden tolerar. Hay conductas que no se deben perdonar.
Con las que hacer aquello de oídos sordos... no se puede
Es un arte parecer tonto sin serlo.
El problema es cuando se es tonto de verdad y no se puede hacer nada para remediarlo.
Si quieres te lo demuestro, no tengo ningún problema en hacerlo.
Es un comentario muy estúpido, lo sé, pero es que tengo la tarde tonta también.
¿Lo ves? Y hacerme la tonta, cuando quiero, es algo que se me da bastante bien.
Pero hoy es mi día, es el día de las enfermedades raras y yo sufro una bien extraña, soy feliz "casi" todo el tiempo y no necesito a nadie para que me haga sentir bien, ya lo hago por mí misma…
Y en este prospecto, las contraindicaciones las sufren los demás, que no yo, que no tengo indicaciones adversas de un tiempo a esta parte.
Y como lo que yo quiero hacer es perder el tiempo, mi tiempo, observo y no hago nada. Porque no hacer nada también es algo.
Y quiero ponerme a pensar en todas esas cosas que tendría que hacer y que no hago nunca (y no sé el porqué).
Todo tiene su causa y su efecto. Y también su consecuencia.
Nadie me dijo que fuese fácil y lo intenté hasta que lo conseguí.
Aunque a veces tenga la sensación de no tener nada más que decir, sé que aún me queda mucho por hablar y casi todo por hacer.  Y lo intentaré de nuevo en cada escrito, en cada grito que necesite gritar (aunque no sepa hacerlo).
Es como cuando digo que no quiero hablar de un tema y a continuación me pongo a hablar del tema. A veces no me entiendo ni yo. Como para que me entiendan los demás… Qué osadía por mi parte…
El tamaño de mi cabeza es directamente proporcional al tamaño de mi tozudez.
Grande, muy grande.  Pero estoy abierta al diálogo, eso siempre. Pero no me gustan los cuentos chinos, así que no me hagas creer en cosas absurdas ¿tú te has oído?
No sabía que los miércoles tenían tantos tiempos muertos para llenarlos con mis nadas y lo mejor, no sentirme mal por (mal)gastarlos como me dé la gana.
Y aquí estoy inventándome una jornada más, el día de mi fiesta nacional.
Vestida de domingo y maquillada para la ocasión.
Re-re-re-reconstrucción. Una vez más.
 

domingo, 15 de noviembre de 2020

Sens(x)ualidad nocturna

Dejo para mañana casi todo lo que podría hacer hoy.

Y me doy cuenta de mi inapetencia para todo lo que no tenga que ver contigo.

La verdad es algo sobre lo que no se puede mentir.

Y lo cierto es que contigo siempre soy sincera. No me cuesta nada.

Soy demasiado generosa con la verdad y así me va.

 

Ahora o nunca, ahora y siempre.

Hoy ya es mañana y amaneció sin permiso.

Y amanecer en ti, contigo… es algo que casi tengo olvidado y a lo que no me importa volver de vez en cuando.

A aquellas caricias en mi espalda que rozaban la perfección, sabías dar en el punto exacto de esa fina línea que me atravesaba de la cabeza a los pies.

Hoy quisiera escuchar mi nombre en tu boca hasta que me lo gastaras.

Y aun quedándome sin nombre, a ti siempre te respondería. Ya lo sabes.

 

A veces no hace falta la presencia para sentir a alguien cerca.

Y acabo de darme cuenta que algunas distancias no se pueden medir.

Hay brisas y recuerdos que acarician. Y tú acabas de hacerlo.

Aunque tu lado de la cama siga vacío, el eco de tu respiración acaba de hacerme el boca a boca como si me faltase el aire.

Y me trago el instinto junto con un poco de alivio mientras todo pasa arañando la garganta. Y entonces suspiro y todo vuelve a la normalidad.

No me canso de esta pasión que a veces se esconde, miedosa de sí misma y que sale hoy sin miedo a que tú te escondas.

Hoy voy a permitirte(me) tu presencia.

Hoy voy a dejar que me arrolles por completo porque necesito tocarte con la punta de mis dedos. Hasta que estos acaben saciándome en un acto egoísta y necesario. Uno más.

 

Hay días en los que te busco en mi memoria y te encuentro (y allí todo es perfecto).

Se nos hizo tarde para volver a la vida de antes.

Y hoy, hoy nos hemos amado otro rato.

Joder, como te sueño de bien.

Me he brindado tu capricho para que después no puedas llamarme cobarde.

Puedes quedarte a dormir si quieres… que mañana no habrá preguntas, ni planes a largo plazo, te dejaré marchar sin proponerte nada mientras te evaporas como el humo del café o del cigarro.

 

Ahora mismo he notado un ligero temblor en mi voz al leer en voz alta todo esto.

Y la verdad es que ya no puedo quererte como lo hacía antes.

Igual que tú tampoco puedes mirarme de la misma forma dos veces.

 

Te echo de menos. No sabes cuánto.

Da igual, no se puede medir.

Te sigo soñando. Algunas noches.

Esas noches que se me atascan y en las que no puedo dormir.

 

Sigo viviendo.

Bueno, voy tirando…

 

Tan lejos de todo, hasta de (ti) mí.

No recuerdo dónde leí, el amor que entiende de todo, no entiende de nada.

Y hay ciertas cosas que escapan a mi razón.

Voy a darme un descanso hasta la próxima vez...

 

  





Desnúdate,
dijiste.
Y te escribí un poema.

(Las pequeñas esencias)

 



sábado, 14 de noviembre de 2020

Al fin, me fui

A ti ya no te quedan uñas que comer mientras que a mi se me ha cerrado el estómago.
De impaciencia por querer emprender un viaje a ninguna parte pero que me aleje de aquí y de ti.
No pretendo rellenar el vacío existencial que tengo, solo quiero desenroscar ligeramente la tapa que lo encierra.
Ahora, no sé qué hacer contigo.
Puto desastre.
Yo que antes no podía decir sin ti y ahora no quiero un contigo.
Extraña soledad, sin ti pero contigo, conmigo pero sin ti, ridícula calamidad que ya no aguanto más.
Voy a romper las ventanas, saltando al vacío en un acto de valentía que no me pertenece y que me hace sentir extraña a mi también.
Tenía tantas ganas de llegar hasta a ti… que esa fue mi carrera interminable, me dejó sin aliento y sin ganas hasta que sin saber cómo, di un último paso y frené en seco, me di la vuelta y empecé a correr en sentido contrario…
Hay metas en cada puerta y cansancio en cada intento de abrirlas y no encontrarte a ti, de no encontrar nada.
Has terminado con mi paciencia, me has gastado el amor por no usarlo.
Y me he cansado de explicarte cosas que ni llegas a entender, porque prefieres no entenderlas, eso te resulta más sencillo y tú siempre vas a lo fácil.
Ya no puedo más y yo cuando me voy, no regreso.
Todo esto es lo (que parecía) que querías y aquí lo tienes, disfrútalo…si puedes.
Y no llores, ni ahora ni nunca, ya no me creo ni tus lágrimas, ni tus miradas.
Ya no soporto tus destiempos, ni tus tonterías y mucho menos tus desidias, nunca creí merecerlas y por fin me di cuenta.
He cerrado tu puerta y no quiero que vuelvas.




miércoles, 11 de noviembre de 2020

¿Que si te olvidé?

¿Mi mayor recuerdo?
Mis ganas de olvidarte.




domingo, 8 de noviembre de 2020

Evaluando


Me alivia pensar que una vez fui suficiente.
Que alcancé lo más alto del baremo del vértigo.

miércoles, 4 de noviembre de 2020

Sideral (audio by Alís)

 


Echaba de menos tu voz, a ti.
Ayer hice equilibrios sobre tu risa y no caímos, ninguna de las dos.
Pero...
Shhh...
Ya está bien de secretitos...
(que esto, se me ha vuelto a ir de las manos) 
... me gusta contártelos todos.

Me haces tanto bien.


lunes, 2 de noviembre de 2020

Mentira piadosa

Mientras se hace añicos la nostalgia, oscurece.

Escapamos de la pena para seguir en pena, almas en pena.

Heridas abiertas en mundos que se cierran.

Cicatrices que no se ven, pero que nos debilitan en cuerpo y alma.

 

(Pienso mientras doy vueltas sobre mí misma)

 

He salido a pasear un momento.

No he visto a nadie.

Pero necesitaba respirar un poco de aire.

Regenerar las ganas y que no se me note la desilusión cuando te llame por teléfono.

Como si esas cosas no se notasen sin ser vistas. Diría que sí.

Pero es que últimamente ya no tengo nada claro. O no tanto como antes.

 

Ver ponerse el sol, a pesar del frío que siento…

(ahora que se hace de noche tan pronto) es un pequeño impulso que me da fuerza,

eso cuando no se me pasa la hora o no tengo ganas de tanto esfuerzo.

 

Por no hablar de esos días en los que se pone a llover, como yo.

Esos días me quedo en casa y me quedo en mí.

No salgo de ninguna de las dos.

 

Rompiendo(me) y recomponiendo(me) un día más.

 

El yo contra el mí.

Como te entiendo, a pesar de mí…

 

 

Llamando…

 

¿Cómo estás, mamá?

¿Yo? ¡GENIAL!