¿Cuánto
pesa todo lo que sentimos?
¿Cuánto
pesas tú?
¿Cuánto
peso yo?
¿De
cuántas partes estamos hechas?
¿En
cuántos trozos nos partimos?
¿Cuántas
veces nos dividimos?
Hay
amores tan fuertes que no pesan nada.
¿Cuánto
pesa todo lo que sentimos?
¿Cuánto
pesas tú?
¿Cuánto
peso yo?
¿De
cuántas partes estamos hechas?
¿En
cuántos trozos nos partimos?
¿Cuántas
veces nos dividimos?
Hay
amores tan fuertes que no pesan nada.
Llevo
días pensando en cosas (aparentemente) estúpidas.
Y
me río de mí misma…
Es
increíble la de tonterías que se me pasan por la cabeza.
Últimamente
es como si le quitase hierro a todo, como si nada me preocupase,
como
si nada me importase ya.
¿Será
algo pasajero o estoy ante una nueva yo? Mucho más pasota, por cierto.
Y
me apetece profundizar, llevo tantos días sin ponerme seria…
que
puede que hasta se me haya olvidado cómo hacerlo.
Me
siento aquí con la única intención de dejarme llevar hasta donde sea posible.
Y
recordar, recapitular, pensar en los últimos meses y más que buscar culpables,
lo
que quiero es ser consciente de cuánta parte de esa culpa me pertenece.
Lo
he soltado todo y me he quedado sin nada.
¿Cuánto
pesa lo que no se ve?
Hoy
estuve pensando en ti, en todo lo que fuimos, en todo lo que somos,
en
todo lo que ya no seremos.
¿Cómo
explicarte que ya no cuento contigo como antes?
¿Cómo
decirte que ya no pienso en ti para contarte?
Que
ya no ríes, ya no curas, ya (prácticamente) nada.
Ignorar
que no te necesito me ha dado todas las respuestas.
No
sé en qué momento te volviste tan egoísta.
No
sé cuál es tu problema, pero tampoco sé cuál es el mío.
Y te voy a decir una cosa, yo también cuento.
Solo que ahora cambio el contigo, por el por
mí.
Cada
una percibe las cosas bajo su propia realidad, que no coincide con la de los
demás.
Nos
distanciamos de personas sin que haya ocurrido nada que lo justifique…
a
mí me ha pasado infinidad de veces, no importa una más…
Esas
cosas pasan, sin saber cómo ni por qué, ¡o sí! ¿Quién sabe?
A
lo mejor es que no queremos saberlo. Ya nos está bien así.
La
ignorancia es un arma de doble filo.
Las personas cambiamos, no podemos volver a ser
las del pasado…
porque esas mismas cosas que nos cambiaron nos
hacen ser quienes somos ahora.
Ni mejor, ni peor.
He aprendido a tener paciencia, aunque a veces se me acabe.
A decir NO alguna vez, a no pensar siempre antes en los demás, a
no forzar situaciones que no vienen solas.
Me
he dado cuenta del grado de interés, me he cansado de ser siempre la que se
adelante a preguntar… ¿Sabes? yo también importo y si a ti no te sale, por algo
será…
He
dejado de preguntarme que ha pasado o cuánto tiempo hace que no hablamos.
Y
sobre todo, he dejado de enfadarme al darme cuenta de la cantidad.
Cuando
sólo es una la que parece que importa... de a dos o de nadie.
El
interés con interés se paga.
No
hay cosa que me dé más rabia…
que
me digan que no pasa nada cuando yo sé que pasa algo.
Callar
no es mentir, pero tampoco es hablar.
Nos
vamos antes de habernos acabado.
Brillas, pero por tu ausencia.
Vuela,
que yo te vea.
He empezado a escribir un poema pensando en una persona y lo he terminado pensando en otra.
La poesía juega a su antojo conmigo.
---
Nunca
hablo lo que escribo, pero siempre hago todo lo que digo.
---
No
sé cómo empezar a decirte lo que quiero terminar por decirte.
Voy
a escribirlo.
---
Y lo ha vuelto a hacer, me ha hecho escribir
sobre algo en lo que no quería ni pensar.
---
Tu
sonrisa me ha contado una historia.
Que
yo ahora la pienso versar...
Érase
una vez, tú.
---
En
mis letras, te sigo teniendo.
---
Si
el amor no nos salva, la poesía lo hará.
---
Cuanto
más adorno lo que quiero decir, peor lo digo.