Hoy
me descubro entera al despedirme de ti,
es
tan extraño el sentimiento que por más que lo intente no logro explicarlo.
Cuando
estamos juntas vuelvo a ser yo.
Sigo siendo yo, contigo.
Siempre
hiciste de mí mejor persona.
Te
cuento, río, hablo, presto atención.
Dejo
a un lado el egoísmo y desaparece el pesimismo.
Cuando
estoy contigo tengo la seguridad de que nada malo puede pasarme.
Eres
ese impulso, esa fuerza, esa energía que a mí muchas veces me falta.
Puro
nervio para la vida y calma para el corazón.
Eres
la persona que mejor me conoce y que a pesar de eso no me juzga.
Con
una sola mirada eres capaz de relatarme cómo ha sido mi último año.
Quién
hace del despiste, del desastre…
el
mejor de los chistes para que yo no pueda parar de reírme.
Tienes
el alma libre y a mi me gustaría cazarla.
Te
miro y me doy cuenta de que soy incapaz de querer a alguien más como te quise a
ti,
como
aún te sigo queriendo.
Eres
la debilidad que me hace fuerte siempre e invencible a veces.
Con
quién no me importa mostrarme vulnerable, sincera, incluso frágil.
Porque
siempre tienes el cuidado y la delicadeza para conseguir que no me rompa.
En
tu abrazo encuentro toda la ternura que a veces me falta.
El
deseo de estar siempre bien.
Hoy
me descubro entera al despedirme de ti,
porque
que sea consciente de todo esto no significa que lo quiera de nuevo.
Y
me cuentas cómo sigue tu vida, cómo la vives, cómo continúas los días y no
siento ni rabia,ni
celos, ni dolor… no siento nada de eso, aunque a veces me digan que no da esa
sensación.
Nosotras lo sabemos.
No
quiero un beso tuyo, ni hacer de nuevo el amor contigo.
Eres
lo que durante mucho tiempo yo entendí como mi hogar.
Así
te sentí. Así lo sentí.
Y
a ese estado, a ese lugar, sí que me gustaría volver.
Porque
ya no me dueles, ya no te lloro, ya no te quiero de esa manera.
Sí
de otra y ésta me parece mucho más sana.
Porque
ya no siento esa patada en el pecho cada vez que te veo,
ni
noto esa mueca absurda cruzando mi cara cuando te veo llegar.
Ahora
te espero sonriente y con ganas de verte y lo mejor de todo es que no me quedo
triste cuando te veo marchar.
Hoy
me descubro entera, cuando me abrazas y me dices "te quiero".
Y
eso, no significa nada y lo es todo.