desvestí también el cuerpo…
y desnuda por completo,
lubriqué con aceite las esquinas…
todos mis recovecos…
hasta conseguir de nuevo,
el funcionamiento perfecto,
de aquello que aprendí una vez y que no olvidé con el
tiempo.
Ladeé mis costados,
hasta que encontré donde amoldarlos.
Puzle,
enredo,
rompecabezas…
en el que al final encajé tus piezas.
Eres ese círculo vicioso del que no se puede salir y en
el que es mejor no entrar.
Te pienso, te pienso, te pienso…
No puedo dejar de hacerlo.
Alientos, suspiros, bocanadas de aire con las que lleno
mi cupo de ego.
Y esa vanidad que siento cuando te encuentro…mientras el
deseo, unilateral, permanece quieto.
Ten por seguro que dejarás de pensar
ResponderEliminarHabrá otros círculos y agujeros jajajajja