Caía la noche y sus pasos la llevaban de nuevo a casa.
Por calles oscuras llenas de ruidos extraños, de susurros de gente invisible en casas aparentemente cerradas, con cortinas corridas y persianas bajadas.
Gente saliendo de bares.
Gente entrando en soledades.
Ella sorteando encuentros y tropiezos sin perder el rumbo a casa.
Perdiendo las ganas desanimadas.
Ganando creencias animadas.
Sintiéndose sola, aun sabiéndose acompañada.
Calles oscuras invadidas por luces de neón, de farolas, de ventanas… de sonrisas que iluminan su alma.
Sintiéndose solitaria hacia un encuentro con su propio yo.
Que la espera en casa.
Tenía tantas ganas de llegar a ella, que sin darse cuenta, se puso a correr.
'Tenía tantas ganas de llegar a ella, que sin darse cuenta, se puso a correr.'
ResponderEliminarPrecioso texto =)
besos!