Nace desde adentro, bien adentro…y toma impulso.
No pide permiso…simplemente pasa;
Pasa y se va.
No tengo ni idea de dónde estará…pero se escapa y se confunde en el cielo y nadie lo ve.
A veces es todo muy oscuro, hasta que se divisa una estrella…que brilla con luz propia…a veces se esfuma, deja de moverse…pero no para de observarnos.
Le da lástima ver las cosas que hacemos, como nos comportamos, desde allá arriba…todo se ve más simple, allá arriba no existe el temor, ni tampoco el dolor….
Que necesidad hay de sufrir tanto…si se puede ser tan feliz…
Con tan poco.
Nos pasamos la vida desafiándola.
Día a día.
Hasta que se enfada y nos juega su trampa.
Entonces, las lamentaciones son banales...entonces de nada sirve pensar en lo que no hemos hecho…entonces de nada sirve llorar de arrepentimiento.
Porque aquella estrella que nos acompañó, se desvaneció.
Se canso de intentar hacernos sonreír y como gran vencedora….al ganar la partida, se retiró.
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