He
estado casi dos años sin publicar nada, sin pasarme por vuestros blogs, sin
comentar, sin estar. No ha sido desinterés ni distancia: ha sido tiempo. O,
mejor dicho, la falta absoluta de él.
Durante
este tiempo he estado completamente volcada en la escritura de mi nuevo libro.
Ha sido un proceso largo, intenso y absorbente, de esos que lo ocupan todo y te
dejan sin energía para nada más. Este lugar se quedó en silencio y. con él,
muchas conversaciones que echo de menos.
Hoy
vuelvo porque el manuscrito ya está terminado. Y con ese cierre recupero
también algo que forma parte de mí desde hace casi veinte años: este espacio.
Veinte años escribiendo aquí, compartiendo pensamientos, dudas, emociones,
textos, etapas. Veinte años leyendo y aprendiendo de personas que, como yo,
sienten la necesidad de escribir para entender(se).
En
estos veinte años he publicado Todo lo que no te dije y Secuencias,
libros que nacieron, de algún modo, de este mismo lugar. Y ahora está Voz en
off, el manuscrito que, como bien indica su título, me ha tenido en
silencio todo este tiempo. No vengo a venderlo —ya habrá tiempo para eso—, pero
sí quería contaros que ese ha sido el motivo de mi ausencia, porque creo que lo
merecéis.
Por
eso quiero disculparme con vosotros, con los que aún sigáis por aquí y con
quienes no tenemos otra forma de comunicarnos que no sea a través del blog. Volver
ahora se siente un poco como volver a casa después de un largo viaje, con la
esperanza de que todo siga igual que antes, con el deseo de que la vida os haya
tratado bien y con la ilusión de reencontrarme con todos vosotros.
Iré
pasando, leyendo, comentando, retomando rutinas con calma. Sin prisas. Sin
artificios. Como siempre.
Gracias
por seguir ahí.