MIS COSITAS

viernes, 30 de abril de 2021

Poema oculto

 

Hay un poema que aún no he escrito.

Pero que sé que está ahí, en mí.

Esperando su momento.

El instante preci(o)so en el que salir.

 

Todos mis versos hablan de ti.

Hablan por mí.

Son fáciles de entender, si quieres.

Cuando la poesía eres tú…

pero soy yo la que tiene mucho (+) que ver con ella.

 

No necesito esconderme tras un poema que ni siquiera vas a recibir.

Que no vas a leer porque no voy a mandártelo.

De hacerlo, podría llegar a tiempo a ti, pero entonces llegaría tarde a este poema.

Y decido quedarme con él y no contigo.

Porque sigue estando en mí, aunque aún no lo haya escrito.



jueves, 22 de abril de 2021

Recordando(te)

Traigo un recuerdo a mi memoria.

Y me quedo en él por un instante.

Es tan real que parece de mentira.

No sé cómo explicarlo.

 

Hay quien deja huella y hay quien deja marca.

Y empiezo a creer que ya tengo la piel hecha a medida de los daños.

En la superficie se van quedando todas las heridas, a la vista…

(no hace falta mirar con detalle).

Se trazan grietas imposibles de cicatrizar.

Y de ahí nunca se van.

Y del corazón, tampoco.

 

Todo permanece mientras sigue latiendo.

Y este corazón loco lo hace, aunque apenas lo oigo.

Ahí sigue, dándolo todo, a pesar de todo.

No lo molesto, lo dejo estar y decido no indagar…

no profundizar más de la cuenta para no llevarme alguna sorpresa.

 

El amor que entiende de todo en realidad no entiende de nada.

Hay cosas que hago sin querer que prefiero hacerlas sin parar.

Nunca he sido una buena ahorradora de ninguna cosa.

Y con el amor no iba a ser distinto…

No me guardo nada, por si nada es lo que llega.

Vivo el momento, a destiempo.

Tengo tiempo todo el tiempo.

Aunque no para lo que yo quiero.

Y solo quiero tener más, para perderlo.

 

Las cosas del pasado nunca se quedan quietas donde las dejamos.

El olvido que algún día serás, me digo.

Me propongo intentarlo.

Mientras, me olvido de entender(lo).

 

Y así voy y vengo, dejando pedacitos de recuerdos en mi memoria por si alguna vez

te olvido por completo.

 

 

 

 

La enfermedad del tiempo es el recuerdo.

Marwan.



lunes, 12 de abril de 2021

sábado, 10 de abril de 2021

El ruido

 

Estoy a medias. De no sé muy bien qué, pero a medias.

Así me siento, esa es la sensación que tengo.

Extraña, desubicada, en constante observación.

Un escrutinio voraz al que me someto a mí misma.

Y creo que eso no es nada bueno.

 

Y es entonces cuando pienso en cómo nos ven los demás.

En la imagen que proyectamos.

Que tampoco es real, la gente se equivoca en sus juicios…

Aquí cada uno sabe y conoce lo suyo, pero parece que todos tenemos derecho a juzgar.

 

Nunca hacía nada con todo esto, pero esta vez he iniciado un viaje.

Un viaje que me lleva directamente al ruido.

Al ruido que me crea la incomodidad cuando no me siento bien.

Como cuando la música está demasiado alta y eso me impide mantener una conversación tranquila. Y entonces callo.

El ruido que lo llena todo aun estando en el más absoluto silencio.

Ese ruido que no me deja pensar en otra cosa que no sea el propio ruido.

 

Y en esta búsqueda constante que es el estar bien empiezo a darme cuenta de que es lo que me ha traído hasta aquí, a esta situación.

Y descubro que no debo dejarlo todo para mañana, que es hoy cuando tengo que solucionar mis problemas, mis miedos, mis fantasmas.

Pero es que a veces no sé cómo actuar, cómo continuar, cómo solucionar las cosas a tiempo y se van asentando…

Y cuando reacciono (cuando me doy cuenta) parece que se ha hecho tarde y que ya llevan demasiado tiempo a mi alrededor y que forman parte de mí.

 

Y no, no quiero eso.

Siempre he sido decidida, consecuente, valiente… y no sé el porqué de un tiempo a esta parte he perdido la seguridad de la que siempre hice alarde.

 

Y entonces me digo: «Laura… tú puedes. Y puedo».

Y en ese mismo momento soy yo la que se vuelve ruido, la que lo trae consigo.

En la risa, en la voz, mientras camino.

Y me encanta el estruendo, todo el bullicio que traigo y ser yo la que haga sonoro tanto silencio.

 

Mientras tarareo una canción… busco en mi archivo su nombre y me pongo a cantar.

Vuelve poco a poco la música a ocuparlo todo, subo el volumen hasta el punto exacto.

Ese punto en el que soy capaz de hacer varias cosas a la vez sin bloquearme.

 

Necesito poco para sentirme bien.

Y acabo de recordar, las palabras que siempre me dice una amiga:

«Laura, eres música».

 

Y (me) he vuelto a darle al play.