Pruébame

¿Quién sabe?
A lo mejor un beso de esos que tú te imaginas…
puede llegar a ser el mejor beso de mi vida.

Pruébame.

Y saldremos de dudas...

Asuntos pendientes

Normalmente, necesito de más para no sentirme de menos.
Si lo empiezo contigo lo acabo en ti.
A lo mejor es que soy yo...
a lo peor es que sí que te quiero
y encima,
tengo el (puto) don de saber demostrarlo.
Quizá, es que tú no estás acostumbrada...
y yo no puedo, ni sé, hacerlo de otra manera.
No ser celosa no es querer menos, es querer mejor.
Y quién bien te quiere no te dolerá...
se te debería meter en la cabeza...
de una vez por todas.
Que yo, te quiero con todo.
Ni te sobra ni te falta nada,
y por supuesto, nada te voy a quitar.
Todo es todo.
Y sobra tanta falta.
Es una suerte poder vivir cuando tú.
La suerte de coincidir.
Y de que tú tengas una boca que yo quisiera amar,
desde el primer momento en que la vi.
Tú ponte en modo valiente.
Que yo puedo ser muchas cosas,
pero no soy cobarde.
¿vamos a por lo que nos falta?

Me haces feliz, por cierto.

Fragmentos de mi vida #7

Solo tenía miedo a una cosa y era a no verte…
Y he tenido que aprender a no hacerlo.
¿Sabes?
No necesité perderte para darme cuenta de cuanto te quería.
Mientras tú seguirás allí y yo no me moveré de aquí…
Y te seguiré hablando de vez en cuando creyendo que me escuchas,
mientras soy consciente de que quizá no lo haces,
no porque no quieras si no porque no sabes…
Gracias por hacerme olvidar y hacerme recordarte.
Que estés donde estés, que estés bien.
Ya sabes.

Pragmatismo #15

Vivimos deprisa,
deberíamos amar(nos) despacio.

Diferentes versiones para una misma cosa #1

Tú no eres una opción.
Yo, te elijo siempre.
Te prefiero a ti, me quedo contigo.

Otra versión

No eres una opción.
Sí una elección.
No eres con lo que me conformo.
Sí lo que escojo.

Otra versión más

Eres la prioridad que siempre elijo.
¿te das cuenta de tu importancia?

Verso a beso

Quiero besar unos buenos versos y versar unos buenos besos.
Y te lo cuento...
Sólo si me das un buen be(r)so.

Nota mental #2

Tengo un montón de ideas a las que no acabo de dar forma.
Tengo también, un montón de notas sueltas que no acabo incluyendo en ningún poema.
Me pasa lo mismo con el amor, que tengo mucho y no lo entrego a cualquiera.

(In) finito (s)

Te vas contigo y sin mí.

Te veo partir,
olvidándote infinitos.
Nunca te vas,
nunca te acabas de ir,
no del todo,
no con todo.

El infinito de tu espalda,
y esa gran sombra
que siempre te acompaña,
se torna borroso...
en el punto exacto,
dónde empieza mi lucidez.
Y apenas tu vaivén,
se desdibuja en el horizonte
descubro que esta vez,
la lejanía es tal…
que ya no quiero que vuelvas.

Me veo partir,
olvidándome infinitos.
Nunca me iba,
nunca me acababa de ir,
no del todo,
no con todo.
Y ahora, sí.

Me voy conmigo y sin ti.

Enredos

Soy muy segura.
¿o no?
Dicen de mí que soy irónica y sinceramente no comparto esa afirmación.
¿o sí?

¿Hasta dónde?

No tengo ni idea
de a cuánta distancia se alejan mis palabras
una vez están fuera de mi garganta.
No sé si llegan.
No sé si alcanzan.
No sé, si se pasan.

Ambivalente

¿Qué si podría llegar a enamorarme de esa forma casi invisible que tienes de sonreír?
Creo que sí.
Bueno, no lo creo…
Sé que sí.

(Así que, sonríe mucho y que yo lo vea. Es una amenaza en toda regla)

Intencion(es)

Si la intención es lo que cuenta…
¿Contarías con la mía de intentar hacerte feliz?
¿Te valdría?
¿O sería tal vez un propósito demasiado intencionado?

Y te besa

Hay días en los que tengo suerte 

y algún verso se me escapa 

desde la punta de mi lengua 

hasta la esquina de tu boca.

Prensado poético

No te imaginas todo lo que me haces sentir,
aunque yo me empeñe en decir que no siento nada.
No deberías creer todo lo que te digo.
Porque no miento (y menos a ti) pero todo poeta tiene algo de mitómano.
Y no es que yo me sienta poeta (y menos ahora) pero podría hacerte creer casi todo lo que me propusiera.
Voy a intentarlo.
Te amanecí de nuevo.
No se si hicimos el amor (ya)…
o el amor nos hizo...
Y hace tanto que no amanecemos de verdad,
que tengo olvidado el color de tus mañanas,
como el de tus ojos y mira que tengo con qué compararlo…
O tu sabor, no sabes bien lo bien que sabes…
O de la efimeridad de los besos que aún no nos dimos.
Y quisiera empadronarme en tu cuerpo y obtener un permiso de residencia indefinido, para poder habitarte todas las noches sin miedo a que me deporten a donde sea que no estés tú.
Viajar fuera para volver dentro.
Para sentirlo todo desde las entrañas y no sentirme foránea.
Emigrar a tus montañas y pasarme días y noches (enteras) subiendo y bajando por ellas, hasta que dé con un volcán (en erupción) sin tener miedo a que(dar)marme con él.
He visto desnuda tu alma cientos de veces,
¿Quién necesita ver entonces un cuerpo?
Dormida eres menos anónima.
Esta sicalipsis por no tenerte es un desmán que no acepto.
Y como no lo acepto, me lo invento.
Lo ves, quizá te mentí… ¿me llegaste a creer?
Me inventé un poema con tu nombre y ni siquiera te nombré.
Imagínate.

Un solo paso

Dicen que
del amor al odio
hay un paso.
Creo que quizá
un paso
es un trayecto demasiado largo.
Aquí estoy hablando
de algo muchísimo más insignificante.
Como una milésima de segundo en la cual
no te ha dado tiempo
ni siquiera
a separar aún
ni un milímetro
el pie del suelo.