Carne cruda

Es cierto, es real.
Tu cuerpo, el mío…
dos mundos bien distintos,
girando alrededor de una misma cama.
Sombras desdibujadas,
sábanas sucias,
usadas como mapas…
como envoltorios…
de unos cuerpos que se obsequian,
mientras esperan algo a cambio.
Hemos ensuciado la conciencia,
y vilipendiado la vergüenza,
al saber que algo podría ser puro,
al menos por un instante.
Miradas desparramadas por todas partes…
no se puede hablar,
(shhh)
parece que no se debe…
(silencio)
así que gemiremos,
o gritaremos,
o cantaremos,
o haremos lo que nos de la gana…
sin darle mucho más sentido que el que tiene.
Volvamos a los cuerpos…
¿los recuerdas?
tan tangibles…
que apenas pesan,
ni se notan…
y las pieles se quebrantan,
al igual que las voces…
pocas palabras,
muchas miradas,
caricias encementadas…
y una espalda,
una pared que me devuelve a la calma…
mientras que yo sigo luchando
y chocando contra el muro
que me has puesto delante…
Y no pararé hasta derribarlo.
Me gusta tu nuca,
aunque prefiero tu mirada,
esa mirada,
que me desnuda…
de golpe,
sin preliminares…
Fallamos y follamos.
Follamos y fallamos.
Y yo solo quiero encontrar el equilibrio entre tus aciertos y mis errores.
Hemos pavimentado la piel,
como medida de seguridad,
pero soy consciente,
(que mi piel)
está resquebrajándose por momentos
y filtrando gota a gota todos los restos…
Ráfagas de verdad.
Bocanadas de soledad.
Miedo.
Puto miedo.
Yo me dejo llevar…
(pero) no quiero salir de mi.
Maldito condicional a la hora de conjugar.
Si quisiera tener algo, lo tendría contigo.
Quizá no hace falta decir nada más…
qué bonita eres, así a modo de reproche…
y bésame, todos mis putos reproches…

He dicho que no

No quiero llorar, no quiero llorar, no quiero llorar, no quiero llorar.
No quiero llorar, no quiero llorar, no quiero llorar, no quiero llorar.

No voy a llorar, no voy a llorar, no voy a llorar, no voy a llorar.
No voy a llorar, no voy a llorar, no voy a llorar, no voy a llorar.

                                    Y no he llorado.

                                                                                      Bueno...
                                                                               solo un poco.

Cosas que pienso #3

Así en general no tengo nada qué contarte.
Y en particular lo que no sé es qué contarte.
Me voy despegando poco a poco, sin motivo, sin saber muy bien cómo…
Y ya nada vuelve a ser lo mismo, ya nada es como antes.
Y vale que yo, (casi) nunca necesito a nadie, quizá voy demasiado a la mía, me acostumbré a ponerlo todo siempre demasiado fácil… y cuando un (buen) día me cansé, me di cuenta de que el esfuerzo nunca era el mismo…
(para nada equitativo).
Hay el mismo camino de mi casa a la tuya que de la tuya a la mía.
Lo que no hay son las mismas ganas.

Me sobran motivos

Yo no fui capaz de quererte de menos
y tu no pudiste quererme de más.
Esa fue la gran y única verdad.
Y de a ratitos,
todavía me sobran motivos para echarte de menos.
Me gustaría poder explicarte cuanto amor te guardo.
Intocable.
Porque cuando hablo de ti...
es así como me siento...
es así como te siento...
no hay más.
Mientras intento llenar tu espacio,
que no tu vacío...
con palabras
y me sigo dirigiendo a ti con cartas a ninguna parte.
Y sin matasellos.

Cosas que (me) pasan en el trabajo #5

- Tengo una hospitalización para darte Laura.
- ¿Que te ha pasado?
- Que me han operado de los "ligalentos".
- Mira que bien... ¿Y ya van más rápidos?
- ¿Qué?
- ¿Que... si te ha ido bien?

Nota mental: Esta es mi preferida.

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- ¿Quieres un "prisquislasbis"?
- ¿Qué?
- ¿Que si quieres un "prisquislasbis"?
- ¿Qué si quiero merendar? No, gracias...

Nota mental: Lo que quiero es una guía para poder entenderte.

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- ¡¡¡A ver....si te van a "soscostrar"!!!

Nota mental: En mi cautiverio sólo pido tener un diccionario.

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- Ahora la esperanza de vida de los hombres es mayor, duráis más.
- Eso es cosa de los gérmenes.

Nota mental: Aquí no pienso decir nada más.

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-El perro se llama Javi.
-¿Y usted como se llama, señor?
- Yo me llamo Nicolás.
- Como el pequeño...
- ¿Como quién?.
- Es igual...

 Nota mental: qué más da.

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Dan un ciclo de películas antiguas...ahora dan esa de ¿qué es lo que se ha llevado el viento?.

Nota mental: ¿Y qué se llevó señorita Escarlata? 



Con estas contestaciones a mi me es muy difícil explicar las cosas sin reírme, la verdad.
Me tendréis que perdonar...

El arte de no decir

Yo que no soy capaz de hablar lo que escribo
y que siempre escribo todo lo que no digo.
Tú que no eres capaz de decir lo que sientes
y seguro que sientes todo (eso) lo que no dices.

(re)cuerdo

Y ya no sé si es un recuerdo o el recuerdo de un recuerdo lo que me va quedando.

Interludio

ACTO I

(7 AM)
Llevo tres días durmiendo poco y mal por diferentes motivos.
Desisto en el intento de perder más tiempo y me levanto a regañadientes.
Café. Mucho café.
Tengo el sueño cambiado, al igual que el ritmo.
Estoy en modo viernes pero es domingo.
Y además, es muy temprano.
Últimamente los fines de semana no paro y si soy sincera, tengo ganas de no hacer nada, de estar con mis cosas, con mis nadas.


INTERLUDIO 

El viernes no dormí en casa.
Y cuando no duermo en mi cama, no descanso.
Busco con qué entretenerme y si hay cuerpo, investigo.
No se me ocurre mejor manera de pasar el rato.
Supongo que la luz tiene algo que ver y los ruidos.
Y prefiero regular la intensidad de una mirada que la luz de una ventana sin persiana.
Hay cosas que no se pueden controlar, otras si.
Y me posiciono, doy vueltas y más vueltas y acabo dándome cuenta de que prefiero estar encima o debajo pero nunca a un lado.
Me tendrás que perdonar pero hoy aquí no duerme nadie.
Prometo tratarte bien de buena mañana, si me dejas.
Y veo que si…


ACTO II

(10 AM)
Hay días en que todo está desordenado, la casa, la vida, las entrañas, la cama, el pelo y las ganas.
Y hay días en que tardo más tiempo en decidir el titulo de la entrada que en escribir el texto entero.
Hay momentos, pequeños y frágiles instantes en los que nada (me) importa.
Como este.
En el que vuelvo a la cama porque me ha entrado un sueño tremendo y a regañadientes me acuesto.
Con lo inspirada que estaba…

Sonrío.

Cosas que (me) pasan en el trabajo #4

Laura te doy una hospitalización de cuando me hicieron la autopsia.

Laura se queda muerta.

Ahora resulta que tengo el don de poder hablar con los muertos en los rellanos de escaleras.

Me monto una consulta en breve. 

Nunca he sido cobarde

Nunca he sido cobarde, me gustaría creer que solo fui débil por un tiempo.

Hay quién se deja ir, sin darse cuenta.

Poco a poco, despacio…

Hay quién se deja arrastrar hacia ningún lugar, hasta que se encuentra de verdad.

Lugar en el cual, no existe cabida, no existe nada salvo vacío y tristeza por no ser aquello que creíamos…

Encontrar ese sitio, el sitio (mi sitio) y hacerlo mío, con propiedad, con egoísmo...

porque todos necesitamos apropiarnos de algo, de un metro cuadrado que nos pertenezca, donde nadie nos pise, donde nadie se meta…

Nunca he sido cobarde, me gustaría creer que solo perdí mi valentía (durante un tiempo) en un mapa que no era el mío…

Mientras encontraba ese plano donde garabatear mi fuga, esa huida anunciada que quizá tardó demasiado tiempo en llegar...

Ese punto en el mapa, donde ponía "usted está aquí" y donde alguien escribió un "vete ya de aquí"... (no sé si fui yo o mi subconsciente, pero alguien lo hizo, alguien lo escribió).

Y entonces, puse mi punto aquí. 

Me situé y fue entonces cuando me encontré.

Antes la culpa del olvido, ahora el olvido antes que la culpa.

Ya no hay razón para asustarse ni motivo para bloquearse.

Y es sabido, que las cosas que merecen la pena, cuestan si no menos, ganas y tiempo.

Y mi espacio, mi tiempo y mis ganas son, a día de hoy, lo único que tengo.

Un baile que no es de nadie

Lo has vuelto a hacer, te has sentado sobre mi, contra mí y me has besado en el cuello.
Incesante balanceo, interesante movimiento…
un baile en el que no me pisas y en el que yo no pierdo el ritmo.
Y entonces te mueves y te mueves y respiras y respiras a destiempo, mientras me enseñas de qué estás hecha y mientras que yo, yo... no sé muy bien que es lo que enseño...
Te mereces el orgullo con el que me miras…
¿Me merezco yo semejante mirada?
Y entonces te miro y tú me miras y dejo de existir en cuanto apartas la mirada...
Esa mirada que parece decir…
No te muevas de aquí o me matas
y si te mueves… seré yo la que te mate.
Vivimos deprisa,
deberíamos amar(nos) despacio.
Los bailes lentos siempre me gustaron más.
Esos bailes que no son de nadie...

Persona favorita

A mi que tanto me gusta volar y que aprendí a pilotar aviones y a planear sin motores…

Tengo que confesar…

Que una sola sonrisa tuya es mejor que ver cientos de aviones aterrizando.

Y te traigo a este lugar tan mágico y que tanto me gusta…

porque tu eres mi persona favorita.

Aquí solíamos gritar tu padre y yo cuando éramos pequeños.

Tu no gritas, tu te asustas.

Y te abrazo fuerte para vencer juntos los miedos.

Si estas conmigo, nada malo puede pasarte…

Siempre cuidaré de ti y te enseñaré a volar para que puedas ir a verle...
Enséñale tu sonrisa y entenderá el porque de mi debilidad…

el porque de tantas cosas, el porque de tanto amor, el porque de tanta vida.

Geray

Cata

Muerdo tu lengua,
esa que sabe a metal,
mientras juegas indecente a cazarme,
sin que yo ponga mucha resistencia
(pero si alarde).
Y me ofreces una experiencia inolvidable…
con tanto aroma,
con tanto cuerpo,
tan sabrosa…
tan gustosa…
en mi paladar.
Y es tan real,
ese sabor metálico que dejas en boca,
y que me convierte en sumiller,
cata a cata por tus besos…
en un maridaje que haces casi perfecto…

Quisiera sentir

El roce de tus labios.
El sabor de tu gusto.
La humedad de tu lengua.
La intensidad de tu mirada.
Las cosquillas de tus caricias.
El aire y enredo de tus movimientos.
El infinito de tus besos.
El punto final de tus ingles.
El sonido de tus gemidos en mí oído.
Y el sudor resbalando por tu espalda.

Quisiera sentir…

La falta de espacio entre cuerpos.
La intromisión en nuestros sexos.
Inmiscuirme en tus substancias.
Mezclarme contigo.
Lamer lentamente todo aquello que derrames...
Ganarte en cada batalla.
Y volver a empezarla de nuevo.

Quisiera sentir…

La derrota de mi ego cuando me pidas que te lo haga de nuevo.
La vanidad de mis actos, si no acaban en tu cuerpo.
Y el mareo en las curvas, persiguiendo tu cintura.

Quisiera sentir…

Tu desnudez posada en mí.
De frente.
De espaldas.
Encima.
Debajo.
De lado.
De cara.

Quisiera sentir…

La fuerza.
La delicadeza.
La lujuria.
La pasión.
El deseo.
El abatimiento.
El esfuerzo.
El vigor.
El puro placer de tu cuerpo.

Quisiera sentir…

La sequedad en mi garganta.
La afonía de mis palabras.
La humedad en mis entrañas.
El descarte de mis flujos.
La ansiedad de tu desnudo.
La benevolencia en tu risa.
La decadencia en tu ira.

Quisiera sentir…

Tus dientes marcándome el cuerpo.
Que me sutures las heridas.
Tus uñas arañándome cada centímetro de estos dos metros de piel que me disfrazan.
Que hilvanes los descosidos que existen en mi alma.
Que tu saliva ahogue mi sed…
Que me deshidrates las ganas…

Quisiera sentir…

La devastadora mirada de tus ojos clavada en mis celos.
La avaricia de mi ser al quererte solo mía.
La invasión de tu presencia entrando en mi casa, entrando en mi vida y entrando en mi cama.
La envidia de los demás cuando sepan que eres muy tuya, pero también muy mía.
La soberbia producida al andar contigo paso a paso…
Y que mientras andamos, me cojas de la mano…

Quisiera sentir…

Como nos miran.
Como nos envidian.
Como nos critican.

Quisiera sentir…

La crudeza de la duda.
El temor a equivocarme.
El terror a herirte.
El miedo a perderte.
Quisiera sentir hasta el sin sentido.

Quisiera sentir…

Tu cuerpo… y todo lo que tienes para mí.

Más.
Siempre más.
Hasta reventar.

Sin medidas

Quiero amar sin medidas.
¿es así como debería hacerse, no?
Nunca entendí como se pueden poner limites a algo que no es tangible.
Delimitar en tiempo y espacio, algo que no se puede tocar pero que si se puede sentir…
Es como intentar respirar bajo el agua y pensar que seremos capaces de hacerlo sin bombona de oxigeno.
(No se puede)
Y no tenemos ese poder ni lo tendremos jamás…
No entiendo como puede haber gente que se prive de sentir o se niegue su propia felicidad solo porque todo tenga que pasar en el momento adecuado…
¿Adecuado para quién? ¿Quién decide cuando es el momento indicado para sentirnos bien? Si no somos nosotros mismos…
Cuando empiezo algo, lo empiezo bien…
No me gusta dejar las cosas a medias o verles un final antes de empezarlas…
Si es así, no hago nada.
Me quedo estática.
Y no moverme, es amar con medidas.
Y ya he dicho que eso a mi, no me gusta.

Cosas que (me) pasan en el trabajo #3

Tengo una clienta que me ladra cada mes.
Su perro se hace pipí en la puerta cada vez que me ve.
Se alegra más de verme el perro que ella.
Yo también muestro mis preferencias.
Me encantan estas cosas.
(¡Hala, que lo friegues bien!).