Muerdo tu lengua,
esa que sabe a metal,
mientras juegas indecente a cazarme,
sin que yo ponga resistencia,
pero si alarde,
de melena larga en mi cabeza,
de un pelo del que no soy dueña,
de unas pecas que marean,
de unos labios que rodean mientras sellan.
Me resguardo,
en una esquinita del armario,
de ese del que entro y salgo,
cuando me conviene,
cuando ya no puedo evitarlo.
Dicen que es de sabios,
reconocer los fallos,
supongo que intento serlo a diario,
mientras voy reconociendo…
que no soy capaz de afrontar,
la que es mi debilidad,
me equivoco
y me vuelvo a equivocar,
pero es que al mirarte,
a veces…
“ya no existe nada más”.
Alarde,
cuando me miras,
alarde cuando vuelvo a pasar por no haber sido vista,
alarde constante de sonrisas,
que siempre te buscan…
y que siempre te encuentran.
Alarde,
cuando te acercas,
alarde… cada vez,
que mi boca saborea lo que hay entre tus piernas,
alarde,
puro alarde de egocéntrica,
que se vuelve inocente,
cada vez que me dices que llegas.
El principio es muy muy sensual, al menos asi lo he interpretado yo. ¡Un besazo enorme!
ResponderEliminarNo te puedes llegar a imaginar cuánto te envidio...
ResponderEliminarSiempre es un placer leerte.
ResponderEliminar:)
Que placer da leerte, que sexy me resulto.
ResponderEliminarte dejo un beso grande
Esta entrada es muy íntima y sensual.
ResponderEliminarHola Lau.
ResponderEliminarHe decidido que volveré... voleveré, necesito mis letras y las de ustedes de nuevo.
Un abrazo.
Mañana escribo :)
Una combinación explosiva de sensualidad y amor!
ResponderEliminarBesos!