No busques poesía tradicional en este blog. Esto es lo más parecido a un poema que soy capaz de escribir.

martes, 31 de marzo de 2020

Al octavo día

Lo conseguí... de tanto pedirlo.

Paren el mundo que me quiero besar.

Me siento todopoderosa.

lunes, 30 de marzo de 2020

Argento

Andate imaginando.
Y si querés, me contás...

domingo, 29 de marzo de 2020

Hasta nuevo aviso

Ya no, pero aún.
Para siempre, de momento.

sábado, 28 de marzo de 2020

ónimod otcefe efecto dominó



Todo sigue adelante y en el sentido de la marcha.




Menos tú,
que influyes tanto
   en mí...


   

que eres como un efecto dominó pero al revés.

                                        

jueves, 26 de marzo de 2020

A la carta

El besayuno está servido.
¿tienes hambre?

Yo sí.

miércoles, 25 de marzo de 2020

Sonríe

Que te desnuden la sonrisa y te vistan el cuerpo.
Eso es amor sin intereses de por medio.

Tengo vestida toda tu desnudez
¿siempre te vistes tan bien?

lunes, 23 de marzo de 2020

Por tra (d) ición

Amanece y la luz va entrando tímidamente por la ventana,
en la escalera ya hay vida, se crea el ruido inevitable de quienes tienen prisa.
Me desvela el frío, las ganas de un café caliente y un áspero cigarro pasando por mi garganta.
Llueve.
Las gotas repican contra las ventanas, la uralita sonora acompasa un baile que no es de nadie... en un día que no es que se me antoje gris, es que lo es.

Tengo invisible en el pecho un dolor que me impide respirar con normalidad.
Supongo que es la preocupación de alguien que nunca la ha tenido y que no sabe que hacer con ella.

Tengo la sensación de que no sólo se me escapan de entre los dedos, el jabón, el agua o el viento.
Existe algo mucho más valioso llamado tiempo y que no consigo retener como quisiera.
El reloj avanza, las horas pasan, tiempo infinito que queda en nada.
Horas, minutos, segundos que escapan.
Incesantes,
se marchan.
Y el tiempo pasa y marca la pauta.
Lo real y lo ficticio, en ese limbo me encuentro.

Tantas cosas por hacer y tanto tiempo para hacerlas.
Ralentizo mis constantes para no ahogarme.
Para que no me invada el miedo y lo más importante, para que no me paralice.
Y me ha vuelto a pasar…
he vuelto a pensar en ella.
En él,
en ellos,
en todo.
Estos días se ha convertido en una bonita rutina a seguir.
Quizá la única.
Y en la suerte.
Que parece que está echada y que no permite marcarse ningún farol.
Me deseo suerte conmigo misma, (la) me voy a necesitar.

Estoy creando recuerdos para poder hacer memoria dentro de un tiempo.
Supongo que es cuestión de paciencia.
Cuando la tienes...
y si no la tienes o no sabes lo que es...
entonces ya no sé de qué se trata…

Porque ser sensible no significa no ser fuerte.
Me digo.

Y aplaco mis ganas de crear un huracán, me doy un respiro y con un suspiro me doy cuenta de todo lo que soy capaz.
Donde me lleva el pensamiento no me llevan los pies.
Y sigo aquí, no me marcho a ningún sitio.

Dos cucharadas de realidad para quien no quiere sopa.
Ese va a ser mi menú de hoy.
Son las siete de la tarde.
Y empiezo a tener hambre.


Esto supera la ficción. 
Debe de ser la realidad.


domingo, 22 de marzo de 2020

Perecederos

¿Cuántas vidas tienen los poemas?
¿Cuántas veces habremos muerto ya?
La poesía dicen que tiene caducidad.
Aunque quizá los caducos,
seamos nosotros...

Consumir preferentemente antes de: abril 2020.

viernes, 20 de marzo de 2020

Que cuando...

Es que no puedo ser más yo,
que cuando estoy contigo…
que cuando me miras y me dejas,
y levantas una ceja,
y haces algún comentario sarcástico,
y nos reímos las dos,
sin importarnos.

No puedo ser más mía,
más simple,
más terca…
que cuando me besas y deletreas,
en silencio palabras necias…
con esa cara dulce,
con esa sucia lengua.

Es que no puedo ser más yo,
que cuando estoy contigo.
Porque contigo he encontrado ese equilibrio,
entre el ser y estar,
y no necesito aparentar,
ni exagerar,
ni inventar…
nada que no sea realidad.

Para ti no hay malas experiencias,
no hay muros ni barreras,
ni corazas ni falsas promesas,
ni palabras inventadas para otra que no seas tú.

Es que no puedo ser más yo,
que cuando me escuchas,
que cuando me entiendes,
que cuando callas y asientes,
que cuando no juzgas y comprendes,
lo que acabo de contarte…
aunque tú no lo apruebes.

Es que no puedo ser más yo,
que cuando me vuelvo egoísta,
egocéntrica y narcisista,
y pienso en voz alta pero te hablo en voz baja,
y te miro y te miento (a medias),
y se me escapa la sonrisa (entera),
porque sabes que no se mentir (aunque lo intente).
Y sé que no me crees
y no quiero convencerte…
de mentiras que son dichas de verdad,
aunque me digas que sí con la boca
y no con la cabeza.
Es que no puedo ser más yo…
que cuando estoy contigo…
y puedo decirte las cosas,
tal y como las pienso…
con esta viperina lengua,
que te habla y que te besa…
con tanta delicadeza.

miércoles, 18 de marzo de 2020

Salvándonos

No sé quién rescata a quién.
¿Si tú a mi
o
yo a ti?
y así estamos…
(siempre)
salvándonos mutuamente.

domingo, 15 de marzo de 2020

Nece (si) dad

Lo queremos todo pero hacemos lo justo para conseguirlo, la ley del mínimo esfuerzo con el máximo resultado.
Y no sé si ese es el problema o la solución, que nunca nos conformamos con lo que tenemos.
Lo primero no interesa.
Lo segundo ya no es suficiente.
Y entre problemas y soluciones, se nos olvida el altruismo para con los demás.
Y ese interés tan propio, ese "servido yo… servido todo el mundo", ese egoísmo tan frívolo, tan mundano y tan arcano, nos hace peores, de peor calidad… aunque nos neguemos a admitirlo.
Mientras, intento convencerme de que hay una cura contra ese mal y lo único que hago es hacerle trampas a mi ignorancia.
Deberíamos aprender a distinguir lo que queremos de lo que necesitamos.
Porque no son lo mismo.
A veces, son más grandes las ganas de que nos guste algo/alguien a que nos guste de verdad.
Y el vamos a probar a ver si… por casualidad…
No funciona.
Debería frenarnos e intentar no hacer daño tan gratuitamente a los demás.
Puede que hoy tenga un mal día (porque los tengo) o que necesite de mis verdades para que no me parezca todo tan ruin como en definitiva lo es.
Puede que cambie mi voz pero nunca cambiarán mis palabras.
Pienso poner los puntos sobre las íes… y los acentos, que siempre me los dejo…
Hay días en los que ya no puedo estirar más las horas.
Unas horas elásticas que están a punto de romperse al mínimo descuido.
Hay días en los que irme a dormir antes de tiempo, me parece la mejor opción contra la rabia que siento y llevo dentro.
Somos las decisiones que tomamos pero explicaciones que no nos las pidan porque no las queremos dar.

Y yo aquí hoy,
quizá…
ya he dado demasiadas.

miércoles, 11 de marzo de 2020

Si tú no me lo dices, yo no lo sé

¿Cómo está aquella amiga tuya?
No lo sé, hace mucho tiempo que no sé nada de ella.
¿Os habéis enfadado?
No, solo hemos perdido el contacto.
¿Seguro?
Si, no nos hemos enfadado. Bueno, yo no me he enfadado. Ella no sé.
¿Y no te preocupa?
¿El qué?
No saber si estáis enfadadas o no.
No, porque yo no hice nada como para que esté enfadada...
Y si lo está, tampoco me lo dicho.
Entonces, ¿porque debería preocuparme por algo que ni siquiera sé?.

domingo, 8 de marzo de 2020

Pregúntale al polvo

¿Sé lo que quiero?
¿O sólo sé lo que no deseo?
Deseo ser lo que quiero y debo ser lo que siento.

Mientras,
me busco…
y no tengo muy claro que es lo que espero encontrar.
Diría que a mi misma, aunque no estoy del todo segura.

¿Por qué la soledad viaja por la vida sin pagar estancia?.
Esa misma vida en la que cada uno observa lo que quiere o lo que necesita ver.
Y es que cuanto más me sujetan, más miedo tengo de caer.
Y prefiero ser yo la que se suelte, la que se deje ir, a la que le dejen ser.

A veces tengo la sensación de luchar contra un infinito,
cuando yo solo quiero ser principio o final,
no me gusta estar en medio ni sentirme a medias
ni ver como se acerca el principio del final…
o como se pierden al final todos los principios
con algún odioso continuará…

Volver, no es sinónimo de recaer sino de reencontrarse.
Un mal día lo tiene cualquiera, lo difícil es encontrar el equilibro y no tachar del calendario más días de los debidos.

Tengo la mirada dirigida a unos zapatos que me he aprendido de memoria,
pero sigo teniendo la puntualidad en mis pies…
aunque hoy parezca que mi pie izquierdo pisa un poco más fuerte de lo normal.

No quería sentir y siento.
No quería pensar y pienso.
No quería extrañar y extraño.
No quería necesitar y quizá sí esté necesitando.

Nada quería.

Eso parecía.
Eso me decía.
Eso me convencía.
Y convencida estoy aunque no lo parezca.

Escribo con un poco de desazón y algo de agotamiento,
quizá venido a menos al ponerlo entre mis dedos.
Porque hoy podría ser un día cualquiera, pero no lo es.
Hoy es el día en que me he dado cuenta que me doy excusas para sonreír aunque no quiera.

El allí está demasiado lejos.
Y el aquí demasiado cerca.
Y escribo, escribo sin parar, en un intento de acercarme a la verdad mientras yo misma me alejo.
Anocheció sin permiso,
se dejó caer la oscuridad,
el frío,
esta soledad…
Hay días en que cae la noche antes de tiempo y lo oscurece todo, dentro.

Apago la televisión, porque no dan ni una sola noticia buena, eso me desespera.
Y creo que no me ayuda mucho.
Lo último que han dicho es que no creen que la situación mejore en mucho tiempo.
Yo, tampoco.

La tormenta se acerca…
y yo me sigo alejando.



Volver a volar
 exige muchas
horas
de duelo.

jueves, 5 de marzo de 2020

Mínimas

Háblame y demuéstrame el mucho de hoy.
Pero calla.
Y no digas nada…
del poco que podría haber mañana.

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Todo estaba resultando tan fácil, fluía.
Pero cuando las prisas llegan
lo que se van son las ganas.
Tómate tu tiempo. No corras.
Se llega igualmente, aunque un poco más tarde.

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No estoy dispuesta,
me niego...
en redondo,
a echar la vista atrás dentro de unos años
y ser todavía...
una de tus muchas causas pendientes.

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Piensa que podría pasar que cuando tú te decidas...
yo ya no quiera o que (ya) me dé igual.
¿Te imaginas...?

martes, 3 de marzo de 2020

Alejarme de ti significa encontrarme

Tengo la sensación de que la vida es algo más.
De que hay mucho más.
Como si todo lo que me está pasando sólo fuese una demostración de que puedo hacerlo mejor.
A veces siento - o mejor dicho, pienso- que no estoy viviendo lo suficiente o no todo lo que podría llegar a vivir.
Dejo un montón de cosas por hacer y un montón de cosas por decir (simplemente por pereza).

Tengo sentimientos encontrados y sensaciones perdidas.
Y lo intento, de verdad que lo intento.
Pero no hay manera…
A veces no doy con la tecla correcta y todo desafina.
Y hay una maldita nota que no consigo entonar por mucho que lo intente…
Mientras compongo poemas y canciones con algo de musicalidad y los intento adaptar a mis oxidadas cuerdas vocales para no desafinar demasiado.
Alguna vez lo consigo, la mayoría de las veces, no.

Sigo un camino lineal, sin sobresaltos.
Prima la idea de estar en constante movimiento aunque sea en línea recta.
Y tengo una pelea constante de impulsos, de emociones, de frustraciones…
que a veces me dejan en un k.o técnico en el primer asalto.
Mientras que yo voy en línea recta, dando de vez en cuando algún salto sin mucha importancia o no tanta como para contarlo aquí.
Intento encontrar un estado de ánimo en el que sentirme bien.
Al menos, bien conmigo misma.
Y ya casi lo tengo… un lugar donde encontrarme siempre bien.
Ahora que mis muros se derrumbaron sin apenas hacer ruido, me niego volver a construirlos.
No sé qué es más triste si no saber demostrar cariño o no saber recibirlo.
El empeño y las ganas hacen al más torpe, un poco más gracioso a la vez que menos vago.
Y últimamente me permito esa pereza y no me juzgo por ella.

Alejarme de ti significa encontrarme.
Nunca he sido de dejar las cosas a medias…
hasta que me he encontrado con todo esto y contigo.
Paso del todo a nada en menos de un minuto.
Y entre ese todo y esa nada, parece que hay algo pero a mi nunca me ha interesado.
Siempre estoy contigo en tus días malos y sola en los míos y eso ha llegado a cansarme, entre otras cosas porque no lo encuentro justo y me pregunto que ¿por qué tengo que ser yo la que siempre se esfuerce de más?...y no al revés.
Intento no dejar atrás a quien quiero tener al lado, pero me he cansado de tener que esperarte y que seas incapaz de tirar de mi aunque solo sea por una vez.
Vives en un mundo en el que no cabe nadie más.
Tú, tú y nadie más que tú.
Tanto egoísmo concentrado no puede ser bueno (ni siquiera para ti) niégate un poco alguna vez y concédete el resultado.
Te sorprenderás.
Hay días y días.
Días en los que al parecer todo tiene que salir bien y días en los que todo sale bien.
Hay una enorme diferencia, aunque apenas es visible.
Sobre todo, a aquellas miradas que no miran o lo hacen por encima y no profundizan.
Como la tuya, que últimamente mira pero no ve nada que no seas tú misma.

domingo, 1 de marzo de 2020

Cuentos chinos para niños del Japón

Absorta en una mirada que no me permite bajar la guardia.
Ladeo mis costados hasta que encuentro donde amoldarlos.
Puzle, rompecabezas en el que al final encajo las piezas.
La imaginación disentida.
Dislates de toda una vida.
Silencio.
Palabras.
Vuelta al silencio.
Encuentro en esta sutilidad, la manera más cobarde de aprender a hablar.
La manera más fácil de volver a recordar.
Hasta que adopte un peculiar olvido sin que realmente lo olvide.
Recuérdaselo… a mis ganas de olvidarte.
A veces una está tan lejos estando tan cerca…

A veces lo bordo y otras lo tiro por la borda.
A veces me siento bien y a veces me sientas horrible.
Por esta mente que a veces me traiciona…
por esta parte racional que a veces me agobia…
Desnudez a quemarropa.
Y toda esa inmensidad que cabe en una distancia corta.

En ese punto estoy.
Punto invisible, quizá equidistante.
Buscando esa mirada que me diga que hay deseo, que hay vida.
En un mundo que se nos queda pequeño,
mientras encontramos otro en el que caber.
Y es así, voy, vengo, a veces me quedo, hay veces que no puedo aunque lo intento.

Maldita suerte la mía.
Maldita dulzura la tuya.
Intentaba negarme cualquier tipo de sentimiento…
y ahora me doy cuenta,
que cualquier tipo de negación carece del más mínimo sentido.

Siento una ternura que desconocía que tenía.
percepciones y pensamientos que tengo aunque no sepa a dónde me llevan.
Sufro en el silencio,
mientras intento llenar un vacío interior que a su vez es insaciable.
Hago planes de todo,
de nada
y para nadie.

Y así estoy, intentando moldear todas mis circunstancias.
Sacando las cosas de dentro de la única y mejor manera que sé.
Con cuentos chinos que no me creo…
pero que me aprendo
para contártelos
cuando te vuelva a ver.