No busques poesía tradicional en este blog. Esto es lo más parecido a un poema que soy capaz de escribir.

martes, 26 de mayo de 2009

Eva




Empiezo a escribir, así, de buenas, de entrada, con buen pie, con una sonrisa de oreja a oreja que contagia hasta al más triste.
Es lo que tienes, es lo que me das, risas y más risas, cariño y más cariño.
Desde aquel primer día, hasta este ultimo hoy.
5 años, de constantes vivencias, de apoyo libre, de dejar hacer, de no criticar y aconsejar, 5 años en que nos hemos sentido, en más de una ocasión, como bichos raros que son diferentes en un mundo extraño, un mundo que a veces no goza de nuestros valores, un mundo en el que a veces no encajamos, pero del que no podemos ni queremos salir, porque así somos, así sentimos, así nos mostramos y así entendemos nuestro estilo de vida….y en el fondo, nos gusta.
Eso es lo mejor, que vivimos y sentimos de una forma especial, ni mejor ni peor que las demás. Diferente. Si. Pero también única.

Me gusta cuando apareces entre la gente, con tu cara de bicho, me gusta porque yo te veo mucho antes de que tú me veas a mi, y me arrancas sonrisas a escondidas, solo con verte venir.
Eso es algo, que poca gente consigue.
Beneplácito constante a tus hechos, a tus maneras, a tus idas y venidas, a tu manera de entender la vida, porque de alguna manera, creo que es muy parecida a la mía.
Y cuando no lo es, te lo digo, sin más, es así de simple.
Y es mágico, poder hablar sin tapujos, sin mentiras, sin disfraces, sin ataduras.
Sin pensar en si queda bien o queda mal. Las cosas se dicen, tal cual.
Y siempre es bueno escuchar, cuando la persona que habla, lo hace con ternura.
Haya o no diferencia de edad, que más da.

Me gustan tus consejos, me gustan tus charlas, me gustan tus risas, me gustan tus miradas, esas que quizás solo tu y yo entendemos, pero es que realmente esa es la chispa que tienes y es la chispa que me enciende, que me da energía, que me da calor, que me da cuerda, que me da alas…y que me hace pensar en ti, como una buena y gran amiga.

Amistad que durante estos 5 años, se ha ido asentando, ahora mucho, ahora poco, cuando nos da nos da…eso es cierto, aunque reconozco que con esta madurez lentamente madurada, te has convertido en un pilar.
Un pilar que aguanta toda mi estructura, fuerte, inmovible.
Pilar que no interrumpe el paso, ni el camino, y que además, le da belleza a los paisajes que diviso.
Belleza que en ocasiones, se volvió gris, incluso ciega, porque la vida es así, nos hace caer para luego levantarnos. Malos ratos, malos días, malos meses, si…pero al final, todo vuelve a su calma y a su normalidad.
Personas que se van para no volver jamás, personas que se van y vuelven sin ser llamadas, personas que intentan hundirnos y que no lo consiguen, por suerte.
Personas que pasan sin más y que por lo tanto, también olvidamos sin más, personas queridas, incluso personas odiadas, aunque el odio ni a ti ni a mi, nos funciona, no sabemos, no queremos, pasando pagina nos resulta mas fácil, mas sencillo…tantas y tantas personas, que encienden y apagan nuestras vidas…
A su antojo. Aunque el control remoto lo tenemos en nuestras manos, y la paciencia también. Eso siempre.
Paciencia que en ocasiones deberíamos revisar, no dar tanta cancha a quien no lo merece, porque la gente es como es, no cambia…por mucho empeño que pongamos nosotras.
Ser cabezotas no nos da muy buen resultado, como has podido ver, durante estos años.
Pero así somos.
Las salvadoras del mundo.
Eva, cariño: ¿aprenderemos algún día?
Dime que si…
En estos años, he podido contar contigo, en lo bueno, en lo malo, y jamás te he dado las gracias.
Lo siento.
Te agradezco de corazón tu fiel apoyo, tu cariño constante, tu humor electrizante, tu amistad en su mas puro significado.

Eres especial, eres única, eres tan Eva, que tu nombre lo dice todo por ti, pocas letras, pero mucha materia, sin descripciones posibles que alcancen a etiquetarte…
Es sorprendente, que tres letras signifiquen tanto.
Pero así es y así te lo digo.
Como siempre.
No me tengas en cuenta, si hubo silencio durante todo este tiempo, a veces peco de demasiada confianza y pienso que hay cosas que se saben y que no hace falta decir.
Me equivoco. Lo sé.
Pero siempre hay tiempo para remendar esos detalles.
Pequeños detalles que tú haces grandes.
Pequeña gran amiga.
Te quiero.

sábado, 23 de mayo de 2009

Marioneta

Marioneta de tus besos.
Marioneta de tu cuerpo.
Marioneta del viento a contratiempo…
Que deja la corriente de tu caminar.

Pasos que te llevan.
Pasos que te traen.
Por suerte, una y mil veces, hasta este, mi lugar.

Curvas divinas, perfectas, con principio, sin final.

Te puedo empezar y no te puedo acabar.

Marioneta me siento.
Marioneta soy…

Y que poco me importa, seguirte por detrás.
Sea un paso, sean dos.
Hasta cien, podríamos contar.
Hasta cien, podríamos andar.

Mientras, corazón, anda por la sombra.
Y para de vez en cuando...
Por que así me regalas de nuevo un arranque.
Porque mientras tú andes, a mí, nadie… podrá pararme.

Marioneta fui, marioneta soy, marioneta seguiré siendo.

Besos

Silencio.
Alientos.
Respiración tosca.
En juego dos bocas.
La tuya y la mía.
Ambas tercas.
Se buscan.
Sin mapa.
Sin brújula.
Llegando a su meta.
Con destino y horizonte.
Besarse.
Encontrarse.
Sin espacios.
Sin retoques.
Lucha de lenguas a un solo asalto.
Pulso muscular sin ganador final.
Lenguas húmedas, en constante movimiento.
Puja de titanes con hambre.
Dispuestas a devorarse.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Insomnio

Imprudencias, despropósitos…incongruencias.
Desmantelé la cabeza y la dejé vacía de tanto pensar.
Cabeza hueca.
Corazón de mudanza.
Cuerpo inestable, que anda de aquí para allá, sin saber dónde va.
Horas robadas al sueño, en que en la más absoluta oscuridad, me desprendo de los sueños que aún no he soñado y me pongo la cordura por montera.
Vueltas y más vueltas, recorriendo la cama, de punta a punta.
Frío. Calor.
Frío. Calor.
Sin querer pensar, pienso.
Sin querer sentir, siento.
Sin poder llorar porque no puedo.
Lo intento.
Quizás debería pensar en lágrimas y así soñaría con ellas.
Necesito una descarga.
Necesito un alivio.
Que no llega.
Pero no desespero.
Espero.
Pasan los minutos.
Las horas.
Y no duermo.
Se acerca la hora de levantarme de nuevo.
Y siento que muero.
Cansada.
Agotada.
Extenuada.
Salió el sol, pero deseo que se ponga, cuanto antes mejor.
Sin más.
Porque mi noche fue corta y mi mañana demasiado larga.
Poniendo buena cara, cuando mi instinto animal desea morder.
Morder al sin sentido de aquellas personas que presumen de algo que no tienen.
Humildad.
Cuando no hay, no hay.
Ya se puede buscar…
Deseando volver a casa, para no escuchar nada, y no forzar sonrisas que se notan que lo son.
Apariencias que odio.
Silencios que detesto.
Si pudiese decir todo lo que tengo que decir, más de uno callaría.
Bofetadas lloverían.
Con la mano abierta de par en par.
Que a gusto me quedaría.
También podría intentar soñarlo, quizás así conseguiría desquitarme de esta sensación de traición por no defender a quién lo merece.
Se entiende.
Mi pan de cada día está en juego.
Así que callo.
Me muerdo la lengua.
Y con mi más absoluta parsimonia, decido opinar de la manera más neutral.
Aunque como dicen, con la cara pago.
No puedo evitarlo.
El espejo de mi alma, hoy anda por mi cama.
Reproches.
Enfados.
Vuelvo a enfadarme.
Y me re-enfado.
Estados de ánimo que hoy andan revueltos, dispuestos a encararse con cualquiera que se ponga delante.
Estados que entrarían en guerra, aún sabiendo que la batalla ya se perdió antes.
Buen dicho el que dice, ver, oír y callar.
Aunque no siempre puedo lograrlo.
Si aún no queriendo ver, miro.
Si aún no queriendo oír, escucho.
Si aún no queriendo callar, callo.
Boca cosida con puntadas cortas.
Que ganas tengo de gritar alto, traspasar barreras, romper cristales.
Tengo sueño, mucho sueño.
Cansancio.
Debería acostarme…
Debería…hacer tantas cosas que no hago.

jueves, 14 de mayo de 2009

Paseo encendido

Paseo encendido.
Llamaradas extinguidas en mi interior.
Comienzo a andar, a pesar de la pereza.
No puedo, no quiero parar.
Necesito huir aún no sé muy bien del qué, del quién, del cómo, pero necesito huir.
Pasos acelerados, enfrentados, enfadados.
Dejo atrás todo aquello que no me sirve.
Paseo sin carga.
Paseo encendido.
Necesito pensar, necesito aclararme.
No puedo llegar más tarde que mi propia sombra.
Pelea constante de impulsos, de saltos, de emociones, de brincos.
Camino lineal, sin sobresaltos.
No más que aquellos que llevo dentro.
Que me hacen parecer enfadada, sin estarlo.
Paisajes de mi ciudad, en la que me integro.
Cae la tarde, la luna acompaña.
El sol se esconde en esa playa desnuda, en la que ya no queda nadie.
Humedad constante, que eriza mi piel.
Sigo andando, despreocupada, pensando sin pensar en nada.
Cae la noche, cada vez más.
Se hace tarde, muy tarde.
Farolas encendidas.
Incandescentes.
Adquieren fuerza.
Es hora de volver.
Sola y tarde.
Sin acordarme de nadie, cuando voy solita por la calle.
Canto la canción.
Sonrío
¿Desolada estoy?
No.
Sonrío.
Paseo encendido.
Eso me hace andar conmigo.
Eso me hace andar camino.
Llegar a casa.
Mi destino.
Pensar, pensar, pensar…que debo hacer con mi ombligo.
Encontrar la paz, mi paz.
Pena.
Sonrío.
Encontrar en mis pasos algo que me mantenga en vilo.
Vilo que vigila mi descanso.
Y que de tanto vigilar, cae dormido.
Cierro la puerta.
Estoy en casa.
Hogar que me devuelve la calma.
Hogar al que siempre le doy la espalda al ir a buscar fuera, lo que ya tengo dentro.
Tranquilidad que descubro cuando oigo el sonido de las llaves.
Ese tintineo que me dice que ya tengo en mi poder todo lo que es mío.
¿Qué más quiero?
¿Qué más necesito?
¿Cómo hablar?
Salir corriendo…
Andar, andar, andar…
Dejarlo todo atrás.
Hasta mi siguiente paseo.
Encendido.

Explosión de colores

Sabores.
Explosión de colores.
Ritmos lentos…acelerados.
Impaciencia.
Nervios.

¿Quizá un poco de freno?

Besos.
Abrazos.
Dedos entrelazados.
Sonrisas.
Carcajadas.

¿Qué está pasando?

Pierdo el control.
Pierdo el habla.
Pierdo sueño.
Pierdo miradas.
Pierdo el latido pausado.
Pero tampoco voy a buscarlo.
Prefiero sentirlo así, como está pasando.

¿Por qué parar?
¿Por qué negarlo?

Repitiendo.
Retrocediendo.
Adelantando.

Encendido.
Apagado.
Mejor pausado.

En esta cabeza mía, maleta de sentimientos, donde te guardo, te escucho, te pienso, en mi antojo diario…
En esta cabeza mía en la que tú estas, en la que tú hablas, en la que tú mandas, en la que tú bailas, pero en la que yo, elijo la banda que acompaña.
Pensada. Elegida. Mandada. Escuchada.
Siempre acompañándote, siempre bailándote, siempre.

Para que tú decidas lo que quieras hacer.

Pausar.
Apagar.
Encender.

martes, 12 de mayo de 2009

Destino

¿Destino?
¿Casualidad?
¿Encuentros furtivos?
¿Encuentros buscados?
¿Caminos cruzados?
¿Lo sabes tú?
¿Lo sé yo?
¿Quién lo sabe?
¿Importa?

Saludos.
Conversaciones.
Preguntas.
Respuestas.
Letras, números, direcciones, nos ubicamos.
Nombres, fechas, signos astrales, nos presentamos.
Hechos, experiencias, vivencias, nos conocemos.
Maneras de ser, de estar, de pensar, de actuar.

Te explico.
Me explicas.
Empezamos a entendernos.
Comenzamos el juego.
El de dar y tomar.
Ofrecer y esperar.
Observar y pensar.
Sentir y extrañar.

Primeros encuentros.
Risas.
Nervios.
Vienes, te vas.
Voy, vengo.

Caminos enlazados.
Caminos andados.
Caminos encontrados.

Kilómetros, distancias recortadas.
Acotadas.
Valladas.
Expropiadas.

Rincones, paisajes, lugares.
A los que pongo nombre.
Tu nombre.
Porque son tuyos y me recuerdan a ti.
Porque los admiro a mi paso y los conozco, gracias a que tú me estarás esperando.


Allí.
En cualquier parte.
Resurgirás, saldrás de la nada, multitud que se convierte en individualidad, silenciaras el bullicio de los gritos que deja la gente al pasar, mundanal ruido que se evapora sin más…al verte llegar.

Silencio.

Segundos, minutos, en que nada importa, nada pasa, nadie habla, pero todo sigue en constante movimiento.
Todo vuelve a su cauce.
A su calma.

Despierto de mi viaje interno al escuchar el pitido del tren.
Que me avisa de su marcha.
Que me deja en tierra.
Tierra de nadie.
Tierra de alguien.
Tierra.

Ya no siento el vaivén incesante.
Por fin anclo en mi destino.
Estas conmigo.
Me dejo llevar por ti, contigo.
A donde me quieras llevar.

Ando, andas, andamos.
Sin saber donde vamos.
¿Que mas dará?
Nos preguntamos.
Si viajamos, para encontrarnos.
Y al encontrarnos, viajamos.

Rumbo y destino fijados.
Y en buen puerto hallados.
Tu cara, tu cuerpo y tus manos.
Guía perfecta.
Ruta de viaje inédita.
Espléndida.
Que me hablan de ti, me enseñan, me cuentan.
Maravillas.
Belleza.

Que suerte haber llegado.
Que suerte haberte encontrado.

domingo, 10 de mayo de 2009

Indeleble

Absorta en mis pensamientos, llego hasta este rincón.
Rincón donde no solo me despojo de mis ropas, también lo hago de mi desazón, mi desidia y mi preocupación.
Atea promulgada.
Exenta de misticismos y doctrinas, me encuentro tan solo conmigo misma y con mi visión de las cosas, con la experiencia adquirida, poca o mucha, como única y buena compañía.
En este mi rincón.
En este mi cuarto.
En este mi teclado.
Teclas pulsadas estrepitosamente, atropellándose a si mismas, porque no quiero perder detalle, de mis más insignificantes ideas, por querer escribir más rápido, más alto y más claro, si cabe, todo aquello que me viene a la cabeza.
Cabeza abstrusa, obtusa, absurda…pero llena de idealismos, de dobles morales, de éticas, de respetos, de agasajos y sinfín de abstractos.
Llena de materia indeleble, invisible, indemne y en muchas ocasiones endeble.
Endeble por haber construido un puente directo al corazón.
Del cual soy la arquitecta.
Puente por el cual, habitan y transfieren, sentimientos y personas a mi libre elección.
Yo las pongo.
Yo las quito.
Como, cuando, donde y cuanto quiero.
Porque yo mando y decido sobre aquello que me adueño.
Sobre aquello que siento, pienso y sueño.
Endeble ante las palabras y gestos que a veces se clavan como puñales.
Endeble ante los hechos que acaecen en estos mis días, en esta mi vida.
Endeble pero a la vez fuerte.
Muy fuerte.
Porque me crezco ante el dolor, ante la injusticia.
Me crezco ante la ignorancia de aquello que no conozco, aquello que no he vivido y que por lo tanto me da miedo.
Miedo que viaja por mi vida sin pagar estancia.
Miedo al que denuncio, por haberme robado la inocencia, la ingenuidad y la adolescencia lentamente madurada.
Miedo al que rechazo y al que constantemente le dificulto el paso.
Porque no quiero que habite en mi, el mas mínimo indicio de pánico o temor.
Porque de que me sirve vivir acongojada ante lo que aún no pasó, ante lo que no está pasando y ante lo que puede que no pase jamás.
Y si viene, ya veré, que es lo que debo hacer.
¿Cual será el siguiente paso?
¿La siguiente cosa a hacer?
¿La siguiente ficha a mover?
Como en el ajedrez, siempre hacia adelante.
Aunque algunas veces, el sentido cambie.
Siempre hacia adelante.
Único sentido.
Único avance.
Único destino.
Aunque a veces lleguemos tarde.
Aunque a veces lleguemos a desvíos.
Aunque a veces dudemos en cruces.
O encontremos piedras que dificulten el camino.
A veces no hay que esquivarlas, ni chutarlas, ni saltarlas.
A veces lo más idóneo, lo mas lógico, lo mas coherente, sería sentarnos sobre ellas y descansar un poco.
O un buen rato.
¿Quién sabe?
Meditar sobre si es mera casualidad o si están puestas ahí por y para algo.
Consecuencias meditadas.
Decisiones tomadas.
Dejar de ser máquinas automáticas.
Automatismos electrocutados con constantes cruces de cables.
Autómatas inconscientes que deberíamos auto apagarnos de vez en cuando.
Reiniciarnos cuando detectamos un problema y arrancarnos de nuevo con más fuerza.
Porque las máquinas por suerte, a veces, fallan.
Porque las personas por suerte, a veces, fallamos.
¿Hombres o máquinas?
¿Qué deberíamos ser?
Humanos que se expresan y sienten.
Humanos que se equivocan y aprenden.
O máquinas que solo almacenan datos.
Máquinas que no conocen el amor ni el sentimiento.
Ser o no ser.
Ser o estar.
Difíciles decisiones a tomar.
Que constantemente nos hacen cuestionarnos sobre la vida, las personas, lo que está bien o lo que está mal, sobre lo que es lo correcto y lo que no, sobre lo que debemos hacer o no hacer, sobre si las decisiones que tomamos o nuestros actos son los que se esperan de nosotros o no.
Tengo tantas y tantas preguntas en mi cabeza, que no encuentran respuestas.
Preguntas y respuestas que gozan de un breve descanso en este rincón, en este cuarto y en este teclado.
Preguntas y respuestas que dan tregua a mis cábalas cuando me siento aquí a escribir lo que pienso.
Como ayer.
Como hoy.
Como mañana.
Mientras sepa, mientras pueda, mientras quiera, deseo ser alquimista de mis propias palabras.
Y convertir las piedras y los metales, en palabras doradas.
Como el alquimista que hace unos cuantos años, me robo el corazón.
Que decía:
¿Por qué hemos de escuchar al corazón?
Porque donde él esté es donde estará tu tesoro.
Para acabar diciendo:
Donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.
Buscar y encontrar la felicidad, sea como sea y llegue como llegue.
Ese será mi deseo.
Ese será mi sueño.
Y no descansaré hasta encontrarlo.
Ni siquiera mientras duerma.

sábado, 9 de mayo de 2009

Reencuentro


Pasa la vida.
En un breve instante, de nuevo, nos vemos unidas.
10 años pasaron sin apenas darnos cuenta.
¡Como es la vida!
Como cambia lo que nos rodea mientras nosotras mantenemos la esencia, del primer día.
Besos, abrazos, risas...historias, recuerdos, vivencias.
Pasan los años, y las miradas hablan. Eso es lo mejor.
Que sigue la llama encendida. Tenemos chispa. Y no se apaga.
Nos hicimos grandes, sin dejar de ser niñas.
Nos haremos mayores, sin dejar de ser únicas.
Por vosotras, por el reencuentro, brindo, amigas.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Miradas

Mirada infantil.
Candente.
Cándida.
Plácida.
Cálida.

Mirada delicada.
Sencilla.
Benigna.
Sana.

Mirada fugaz.
Furtiva.
Escondida.
Simpática.

Mirada inconsciente.
Crédula.
Compleja.
Picara.

Mirada suave.
Humilde.
Dulce.
Inocente.

Mirada robada.
Regalada.
Generosa.
Altruista.
Dádiva.
Sencilla.

Mirada incansable.
Expectante.
Absorbente.
Asombrante.

Mirada transparente.
Influyente.
Alarmante.
Inexorable.

Miradas que absorben toda la información necesaria, para paliar sus ansias de crecer.
De saber, de comprender, de entender, de avanzar, de poner en práctica, de dar un paso más. Siempre un paso más.

Ser niño no está tan mal, al final.
Te dedicas a jugar.
A preguntar.
A aprender y no olvidar.

Cabeza diminuta donde almacenan con una asombrosa facilidad, millones de datos, que luego recuerdan sin más.

Cabeza diminuta donde no tienen cabida ni la crueldad, ni la ira, ni el rencor, ni la maldad, ni los reproches, ni las tristezas…que no son más que pasajeras, porque en breves instantes asimilan y prefieren olvidar.

Aunque mas que olvidar parece que están exentos de bloqueos que impiden estancarse en un pasado que para ellos pasó demasiado rápido.

Como rápidos pasan los segundos, los minutos y las horas.
Como rápidos pasan los días, las semanas, los meses y los años.
Cuando esperas sentado.
Cuando esperas, esperando.

Crecen a una velocidad de vértigo, grandes y estrepitosas zancadas hacia su mañana.

Mañana que ya es hoy, porque ya se fueron a dormir.
Y duermen como ángeles.
Ángeles derrotados y cansados tras su duro día de trabajo.
Ángeles que repliegan sus alas cada noche en su pequeña cama.
Ángeles que al cerrar los ojos, piensan en ti.
En su papa.
En lo mucho que te necesitan y en la falta que les haces.

Ángeles que te siguen queriendo.
Añorando.
Pensando.
Ángeles que aun a día de hoy, siguen preguntando.
¿Por qué?
¿Para que?
¿Hasta cuando?

Preguntas para las que yo, no tengo respuesta, no tengo solución.
Preguntas que me desarman, me desalman y me parten el corazón.
Preguntas para las que mi defensa no es mi mejor ataque.
Preguntas, preguntas…
¿Quién sabe las respuestas?
¿Quién?

Ojos perfectos, ojos bellos, ojos congénitos, heredados gratuitamente para poder disfrutar la vida, para poder ver las maravillas del día a día.

Miradas que guardaré, cuidaré, protegeré y acunaré mientras viva.

Miradas que hoy van dirigidas hacia arriba, que te buscan y te encuentran en un cielo que hoy se me antoja estrellado, porque brillas con más fuerza y parpadeas todo el rato.

Intermitente.
Incesante.
Incontrolable.
Intocable.
Inolvidable.

martes, 5 de mayo de 2009

Caminando

Día a día, descubro un caminar nuevo.
Enfilo un sendero del que no diviso el final.
Ando, observo, descanso, camino de nuevo.
No me paro. No puedo. No quiero.
Con carga sobre la espalda.
No pesa. Es ligera... No conozco mi destino.
Paso a paso llego a cualquier sitio.
Un ratito a pie y otro caminando.
Día a día con la brújula en la mano.
No pierdo comba. No pierdo ritmo, No pierdo rumbo.

Caminante no hay camino, se hace camino al andar.

Pinceladas

¿Es la vida un cuadro en blanco, que hay que colorear?
Trazos curvos, rectos, lineales…
Sombras que adivinan personas…
Profundidades que dan vida…
Tierra, mar o aire.
Objetos o personas.
Telas tensadas sobre bastidores dan forma.
Paletas dispuestas a recoger colores.
Dibujos imaginados.
Carbones que diseñan tímidamente lo pensado.
Colores.
Tonos.
Arco Iris cambiante.
Diluidos.
Degradados.
Colores primarios.
Complementarios.
Empastes.
Esencias.
Pinceles.
Todo sobre la mesa.
Horas y horas por delante.
Concentración dispar.
Imaginación disentida.
Dislates de una vida…que hoy me dedico a pintar.

domingo, 3 de mayo de 2009

Color miel

Tus ojos.
Color miel.
Líneas definidas que rasguean.
Dan vida.
¿Me miras?
¡Desvío!
¡Desvías!
Cada vez controlo menos.
Cada vez me gustas más.
Que tendrá tu mirada, que dice tanto, sin decir nada.
¡Porque callas!
¡Y tu boca no habla!
Lo hacen tus ojos.
Yo leo, atrevida.
Porque invado tu cabeza y veo más de lo que tú enseñas.
Porque los sentimientos son recíprocos, entre telas.

Separación

Ideas, pensamientos, estilos, navegan por mi cabeza.
Transcurren durante las horas de mi día.
Entre la gente, a solas, estoy invadida por notas, colores, sensaciones…que tengo que anotar, que tengo que pensar y meditar.
A un lado lo bueno, a otro lo malo.
Intento no mezclarlos.
Mejor así.
Me decanto siempre hacia lo más positivo.
Excluir, separar, acorralar aquellas cosas que me hacen llorar.
Disfrutar, buscar, rotar todo aquello que me hace sonreír.
¿Quién dice que así no maduro?
¿Quién dice que así no soluciono?
¿Quién dice?
¿Sabré yo lo que me hace bien?
¿Sabré yo lo que me cura?
¿Sabré yo?
Fotogramas de mi vida, instantáneas que se olvidan, estampas acumuladas en cajas que se cierran para apenas abrirlas de nuevo. Recuerdos que la memoria desestima…
Esta memoria mía que falla constantemente, a veces obligada.
Así fue, así es, así será…
Esta cabeza mía….